40 años de la bendición del Santuario de Montahue de Schoenstatt

/ 20 de Mayo de 2011

El Santuario de Montahue -lugar de salvación en mapudungun- cumple 40 años. Un aniversario importante para la comunidad y una instancia cargada de simbolismos y recuerdos de quienes iniciaron esta misión en el movimiento apostólico de Schoenstatt.

Paz, armonía y mucho verde se sienten al llegar al Santuario de Schoenstatt, en San Pedro de la Paz. “No fue fácil encontrar el lugar adecuado”, rememora la hermana Silvia Beltrán Torres. No podía ser cualquier terreno, ya que hay ciertas características que todos los santuarios en el mundo poseen, como por ejemplo que esté instalado en un lugar  especial, para que el espíritu de las personas se prepare para recibir la gracia. Y fue este sitio, ubicado en el camino a Santa Juana, en medio del bosque y del río, el que cautivó a la primera familia Schoenstatiana.
Los trabajos de construcción no fueron menos complicados, evoca la religiosa, quien relata la anécdota de Roberto Goycoolea Infante, el arquitecto a cargo del proyecto, quien una y otra vez insistía en que tanto esfuerzo y movimientos de tierras no se justificarían con una capilla tan pequeña; luego, especifica la hermana, “comprendió el misterio y hasta hoy nos acompaña en la comunidad”. Debía ser la réplica del ubicado en Alemania, y así fue.
En un comienzo fueron 60 personas las que iniciaron este Santuario y hoy la obra cuenta con 700 fieles representantes de los valores que sustentan la obra que el padre José Kentenich  iniciara en Alemania, a comienzos del siglo XX. Fue precisamente su fundador, quien poco antes de morir, regaló a Concepción la imagen de la Mater Ter Admirabilis -madre tres veces admirable-  que se encuentra ubicada en el altar del Santuario de Schoenstatt. “La trajo el padre Luis Ramírez e incluso tiene en su reverso un mensaje del padre que dice: ¡Ella es la gran misionera, ella hará grandes milagros!”. Y así ha sido, ha entregado cobijo, transformación y envío apostólico”.
María Eugenia Guerrero Moena ha entregado muchos años al servicio de esta obra, y puntualiza que hace 40 años, un 20 de mayo, no sólo se produjo la bendición del lugar de paz, sino que se estableció espiritualmente la Virgen, quien “ha derramado toda su gracia a matrimonios, jóvenes, niños, adultos mayores, sacerdotes y religiosas, quienes han vivido diferentes experiencias en Montahue.  Y es que uno el compromiso lo toma de corazón y lo valora como la formación que necesitamos para hacernos la tarea más fácil, por eso invertimos nuestro tiempo en Dios”, enfatiza.

Por dentro

Peregrinaciones, retiros, reuniones grupales, son muchas las actividades que se realizan, además de las misas los martes, miércoles y viernes a las 9.30 y los jueves al mediodía, así como la ya tradicional misa para niños del domingo a las 11 horas y la de adultos a las 12.15. Y la obra no para: comedores, colegios, Navidad Compartida, Pastoral Familiar, María Ayuda, evangelización a otras comunidades, colman la agenda de los que se sienten llamados.
El padre José Luis Zabala Meruane es joven en la comunidad, sólo lleva algo más de dos meses en Concepción, pero ya está empapado del carisma de este movimiento apostólico que busca producir una renovación en la Iglesia y en el mundo -con la ayuda de la Virgen- que se concreta con la comunidad a través del amor. “Este es un movimiento con conciencia de apostolado, de servir en cosas concretas”, confirma, y agrega que eso les entrega una personalidad libre “con clara conciencia de que somos hijos de Dios y que descubrimos la originalidad y la voluntad de poner los talentos al servicio de todos y es en la familia especialmente donde el movimiento entrega una impronta que enseña a amar de manera autónoma y auténtica para servir al mundo”.
El sacerdote recuerda que en el inicio, cuando se produjo la bendición del Santuario, se trabajó en un documento que después sirvió de base para el trabajo de la Conferencia Episcopal. Eran años de cambios sociales y el padre Hernán Alessandri lideró un trabajo intelectual que animó a tener claridad de respuesta para la problemática que se vivía.
Es que “uno es el tiempo”, enfatiza el padre Zabala, quien destaca que hoy son muchos los temas que interesan a la comunidad, y que la responsabilidad es siempre alta. “Hay hambre de Fe, de familia, de conocer cómo podemos educar en los valores cristianos y cuál es el rol de los laicos en la Iglesia”. Aclara que el desafío es mayor cuando los jóvenes inquietos y críticos por naturaleza “nos recuerdan el valor de la ecología, o cuando nos dan ejemplo de cómo se canaliza la ayuda social a través de instituciones de servicio”.
No se quedan atrás quienes han sido parte importante en estos 40 años y a quienes se rendirá un homenaje en la celebración interna del movimiento: Cecilia Bellolio, Raquel de Aranda, Celso y Blanquita Pérez, Luisa y Berta de Matus, Astrid Candía, Pedro Unda, Edwin Kappes, Rossina de Tima, Miriam de Castro, Luz de Giraudo, Graciela de Pampaloni, Emy de Musuy, Zunidla Beltrán, Félix Farfán y Teresa Ribas. “Hoy, que ya no están, son ejemplos de vida y entrega en este santuario y nos plantean el desafío para los años venideros”, finaliza la hermana Silvia Beltrán.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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