Adrian García: Con la raqueta al hombro

/ 18 de Mayo de 2007

Adrian Garcia
En un ambiente deportivo de farándula, del que las principales raquetas chilenas no logran despegarse, Adrián García, el tenista número 4 del país, representa definitivamente lo contrario. Con 28 años y una dilatada trayectoria en Copa Davis, torneos Challenger, ATP y uno que otro Grand Slam, el penquista parece vivir en un mundo diferente al de Nicolás Massú o Fernando González.
Qué decir del de Marcelo Ríos. Es que lo suyo desde que era un quinceañero ha sido entrenar, viajar y jugar. Pocas luces y menos flashes. Una historia de esfuerzo para un muchacho sencillo que se inspiró en la pasión de su padre -Felipe García- por este deporte en las antiguas canchas del Club de Tenis, ubicado en el corazón del Parque Ecuador de Concepción.


“Empecé un poco más tarde en el tenis de lo habitual”, cuenta. “No ingresé ni a colegios especiales para deportistas ni a centros de alto rendimiento para niños. Terminé mi enseñanza media en el Colegio Metodista de Concepción y luego, cuando me preparaba para estudiar Medicina, decidí que me la jugaría por ser tenista profesional”


-¿Cómo así?


Claro, estaba en el preuniversitario y opté por el tenis. Mis padres me apoyaron 100% y partí a Santiago donde Jaime Fillol, quien me conocía, porque a esa altura ya era número 1 de Chile en junior”.


– ¿Muy difícil?



Sí. Piensa que, además de mi familia, no tenía apoyo alguno, por eso fue importante llegar
donde Fillol.


-Así, en las canchas de arcilla santiaguinas, Adrián comenzó a cimentar su camino en el tenis profesional, siendo el único de su edad que logró llegar arriba. “Soy un año mayor que Massú, dos que González y tres menor que el Chino Ríos”, cuenta Adrián.


-¿Tenías un ídolo?


Sí, el Chino Ríos. Todavía recuerdo la primera vez que jugué con él. Me ganó fácil. Era un tenista espectacular, con una facilidad para hacer todo en la cancha, era realmente divertido verlo jugar, me asombraba su claridad y los ángulos que conseguía.


– ¿Cómo era fuera de la cancha?


Bueno, el Chino tiene una personalidad difícil, es bastante cerrado, pero eso, creo, se debe al entorno en el que desde que era muy chico le ha tocado estar. El medio lo ha obligado a ser así y lo entiendo.


– ¿Y cómo es la relación con Fernando y Nicolás, considerando que son ellos los singlistas inamovibles en Copa Davis?


No tengo ningún problema con ellos. Por el contrario, salimos a comer y nos vemos a veces. Pero en lo deportivo…o sea, tanto Paul (Capdeville) como yo, sabemos que ellos han hecho méritos para ser los titulares y no hacemos problema al respecto. Pero, en lo personal, he tenido buenas experiencias en Copa Davis, son recuerdos muy gratos.



– Como el famoso partido donde le diste dura pelea a Marat Safín en Rusia…


Claro, eso estuvo bien, porque caí en 4 sets, jugando en una carpeta como la de Moscú con un tipo que en ese momento era uno de los mejores del circuito y había ganado el Abierto de Australia. Son cosas que no se olvidan.


MUNDO TENIS


Para quienes no están rankeados dentro de los 50 primeros del mundo, las cosas se hacen más difíciles. Se gana menos dinero y cuesta más ingresar a los torneos grandes. Sin embargo, Adrián le quita dramatismo al tema. “No me puedo quejar, vivo bien y tengo mis cosas”, espeta.


– Pero no es lo mismo jugar un Challenger que un ATP o un Master Series…


Claro que no, pero los circuitos están muy bien organizados y en los challengers, en realidad, no falta nada, son torneos de buen nivel en general.


– ¿Alguno favorito en especial?


Me gusta mucho el de Lugano en Suiza y también el de Ciudad de México.


– ¿Y de los grandes, qué hay de los Grand Slam?


Bueno, recuerdo Wimbledon y…ufff, esa sí que es una experiencia. Un torneo hermoso, lleno de reglas eso sí, con muchas formalidades. Hay que jugar de blanco y existe un montón de reglamentaciones sobre qué se puede y qué no se puede hacer. Pero es espectacular como torneo, te tratan como a una estrella de cine. Además, está el hecho de jugar sobre pasto, que es una superficie única…aunque digan que es para las vacas.


Y, ¿ lo es?


(Ríe), No, definitivamente no.


LA LUCHA POR ESTAR ENTRE LOS MEJORES


Luego de un exitoso paso por México donde llegó a la final de un Challenger, Adrián García volvió a situarse como el tercer chileno mejor rankeado del circuito, superando a Paul Capdeville. Pero la alegría duró poco, pues el santiaguino coronó, le devolvió la mano y logró quedar en el puesto 120 al cierre de esta edición.


De cualquier modo, ser 142 del mundo no tiene conforme a García, más todavía pensando que su mejor colocación se dio en 2004, cuando llegó a estar 103. Para ello, está trabajando hace un tiempo con el trasandino Horacio de la Peña. Luego de participar en torneos de preparación para Roland Garros, García se aprontaba al cierre de esta edición a participar en las clasificaciones para el Grand Slam parisino.


– ¿Cómo es entrenar con de la Peña?


Bueno, Horacio es un gran entrenador, un personaje del tenis, es un tipo que sabe mucho y te hace trabajar bastante la parte técnica. Llevamos 1 año y 2 meses en esto y, si bien al principio me costó un poco y bajé, los últimos resultados están siendo alentadores. Es, además, un gran motivador.


Pero a los 28 años, ¿no piensas que quizás pudiste hacer algo más para estar mejor rankeado?


Mira, estoy muy tranquilo con lo que he hecho. Hay que entender que todo lo que se logra en el tenis chileno es a base de esfuerzo netamente personal y familiar. Aquí no hay estructuras, ni programas de cierto nivel que te ayuden como en otros países.


¿Cuál es la meta para lo que queda del año?



Lo tengo bastante claro. Quiero estar dentro de los 100 mejores. Es algo que se ve factible. No defiendo muchos puntos y he venido jugando bien.


¿Para cuánto tiempo más tienes jugando tenis como profesional?


Eso es algo relativo, pero ahora me siento mejor que nunca y no tengo problema de lesiones ni nada por el estilo. Hay otros que a mi edad están con mil problemas en las rodillas, espalda, hombros, etc. Por eso creo que tengo unos cinco años más sin problemas. Luego quiero seguir ligado al tenis de alguna manera.


¿Cómo Hans Gildemeister?


Mmmm…bueno de alguna manera sí, pero si tuviera que seguir un ejemplo, sería el de Jaime Fillol. Él ha hecho mucho por el tenis en Chile.


¿Algún problema con Hans?


No, para nada, es el Capitán de Copa Davis y yo un jugador.


Antes de despedirse, Adrián García nos pide un favor. “Destaquen el apoyo de mi familia, son quienes siempre han estado conmigo en todo momento”. Así, sin estridencias, ni autógrafos, la tercera raqueta nacional parte en silencio. Quedan, todavía, 42 puestos por remontar.
TEXTO: Mauricio Gándara

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