Alejandro Navarro Brain: El llanero solitario de la política chilena

/ 15 de Julio de 2015

Aunque no usa antifaz, porque dice que siempre da la cara, aun cuando haya cometido errores, de cierta manera se identifica con este ranger enmascarado del viejo oeste que galopa en solitario para hacer justicia. “Ésa parece ser mi realidad”, sostiene, luchar solo en la política. “Puede ser el estilo, puede ser que haya ADN díscolo en las venas de Navarro que no le gusta a mis pares”. Pero al final del día, manifiesta, mi evaluación no está a merced de la comisión política de un partido, sino que depende de los ciudadanos. “Y ellos siempre me han apoyado”.

Por: Pamela Rivero / Fotografía: José Carlos Manso.

Navarro-foto-16Quejándose de frío arribó al aeropuerto Carriel Sur, el sábado 11 de julio, el senador Alejandro Navarro Brain. Había estado casi una semana en Venezuela, en la audiencia de apelación del ejecutivo chileno Ricardo Landeros, que lleva dos años detenido en ese país, acusado, injustamente como repite varias veces el senador, de tráfico de menores. La causa fue suspendida por enfermedad de una de las juezas, pero se pidieron exámenes médicos, porque Landeros presenta un cuadro de depresión y, probablemente, se decretaría su arresto domiciliario.

Ese día el termómetro no superaba los cuatro grados, y por eso Navarro se lamentaba de no tener a mano el abrigo que compró en la ropa americana en 1982 y que lo acompañó en todas sus batallas como Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. “Ese abrigo me protege, me queda un poco más estrecho, pero me da una fortaleza especial”, dice.

Y es que a decir verdad, fuerza es la que necesita después de lo sucedido con el voto de censura que lo obligó a dejar la vicepresidencia del Senado y que le hizo acreedor del desprecio de sus pares.  

Y abrigo y fuerza es la que también le urge al Presidente del MAS, para enfrentar la nueva situación del Gobierno, del que es parte, luego de que por la prensa se enterara del reconocimiento que hizo la Presidenta Michelle Bachelet, sobre que el Ejecutivo no contará con los recursos necesarios para llevar a cabo la totalidad del programa de Gobierno.

-Como líder de uno de los partidos de la Nueva Mayoría, ¿usted tiene claro a qué se refirió la Presidenta con eso de establecer pioridades en la agenda?

“A ver. Se aspiraba a tener al término del mandato de la Presidenta el ciento por ciento de gratuidad universal, al menos, para los estudiantes de las universidades públicas chilenas. Eso al parecer va a tener una gradualidad. Vamos a llegar al 70, al 80 por ciento tal vez. Eso dependerá de la economía, pero lo que sí está ‘soldado’ es que gratuidad universal va a haber, y que este Gobierno la va a dejar garantizada, pero que en el próximo deberemos continuarla. También en materia de programas sociales es posible que haya que disminuir el ritmo. Por ejemplo, está la plata para los hospitales, pero no los vamos a construir todos en este gobierno. Primero porque ha fallado la institucionalidad, no hay capacidad dentro del Ministerio de Salud para poder dar cuenta de la construcción simultánea y progresiva de 20 hospitales y eso ha quedado claro, respecto de la licitación, ejecución y término de dichos hospitales”.

-Usted era de los que afirmaba que si no se cumplía en su totalidad el programa de Gobierno de la Presidenta Bachelet, se acababa la Nueva Mayoría y que lo más probable era que perdieran la próxima elección. ¿Piensa lo mismo luego de este “sinceramiento” de la Mandataria?

 “Soy un convencido y lo he reiterado: Si no cumplimos el programa no habrá un segundo periodo para la Nueva Mayoría. Estamos con una crisis de credibilidad hacia la política que se agravó con los casos Penta, SQM y Caval. Y si a eso le sumamos que el programa no se cumple, yo siento que la suerte está echada, y que Piñera no va a requerir una gran campaña. Por lo tanto no debemos facilitarle la carrera. Por eso mi mensaje es: Presidenta, no se rinda, aquí vamos a luchar por el cumplimiento del programa. Lo que sí está claro es que las reformas educacionales, tributarias, laboral son de tal profundidad que, por cierto, cuatro años de gobierno no alcanzan, y que hay que apostar a un segundo tiempo de la Nueva Mayoría, a partir del 2017, para completar el ciento por ciento de las reformas comprometidas, y sumar a lo menos dos que van a quedar pendientes: la reforma al sistema previsional y la reforma que tiene que parir una nueva Constitución, porque ambas no van a ser abordadas en este gobierno”.

-¿Y los cabildos participativos que anunció la Presidenta en la Cuenta Pública, para qué van a servir entonces? 

“Eso se va a cumplir. Es un proceso constituyente, que parte en septiembre y que será liderado por el ministro del Interior. Eso va a servir para generar las condiciones para una nueva Constitución, para que haya un debate ciudadano. No hay unanimidad en la Nueva Mayoría sobre una asamblea constituyente porque hay miedos. En general en la política chilena hay muchos temores a lo nuevo, porque hay mucho conservadurismo”.

-¿Miedo a perder el poder, a perder electores?

“Miedo a los cambios, porque éstos provocan temores en la sociedad en su conjunto. Los  cambios educacionales provocan terror, porque lo que tú haces ahí es qué tipo de ciudadano y qué tipo de sociedad quieres construir. En la reforma educacional quedaron plasmados esos miedos, porque de tener al 80 por ciento de la ciudadanía a favor de ella, pasamos a tener al 80 por ciento en contra y con severas dudas”.

-Si no hay recursos para implementar todo el programa de Gobierno, ¿en qué pie van a quedar las regiones? ¿Se van a sacrificar proyectos?

“Las promesas que no fueron reformas estructurales, sino que son la continuidad de un  proceso de descentralización y regionalización tienen que tener una punta de lanza irrenunciable, que es la elección directa del intendente por la ciudadanía. Entre los partidos políticos de la Nueva Mayoría hay consenso de que eso es impostergable. Si no tenemos intendentes electos el 2017 va a ser muy poco sostenible golpear una puerta y dar la cara para pedir el voto para la continuidad de la Nueva Mayoría. Hemos pedido sinceridad, porque la Democracia Cristiana y el Partido Socialista han mostrado reticencia a este proceso. Y uno puede comprenderlo, porque hoy sólo tres partidos, de los siete de la Nueva Mayoría, se reparten 15 intendencias. Y por cierto hay preocupación, pero los intereses particulares de los partidos no pueden poner de rodillas una demanda de este tipo”.

-Pero va a ser un intendente, como propuso el Gobierno, que tendrá a su lado a un gobernador regional, que será un funcionario designado por el Ejecutivo. O sea, va a ser un intendente que reina pero que no gobierna. 

“Tenemos claro que un intendente despojado de poder no nos sirve, por eso el debate hay que darlo. Yo esperaría coherencia de los senadores y diputados de las regiones. 34 de los 38 senadores son de regiones y no hemos estado a la altura para demandar al Ejecutivo y a los partidos el cumplimiento de la promesa de la regionalización”.

“No me arrepiento de haber publicado la lista”

Ya va a ser casi un mes que Alejandro Navarro fue removido de la vicepresidencia del Senado por sus pares a través de un voto de censura. Hace 46 años que no se recurría a esta figura en el Parlamento chileno. Muchos dicen que la porfía del representante de la Octava Circunscripción Costa “obligó” a sus colegas a elegir este camino. La razón: no haber querido retractarse de la declaración -que acompañó con una lista de los aportes reservados de todos ellos- donde emplazó a los parlamentarios a “sincerar” si alguna empresa pesquera les había aportado a sus campañas. Le enviaron una carta, conversaron con él, le hicieron llamados telefónicos hasta el último momento, pero Navarro no aceptó el ultimátum. Finalmente, al atardecer del 1 de julio pasado, se votó la censura en su contra “por sus dichos de carácter irresponsable y sin fundamento que desprestigian al Senado”.

-¿Cómo nació la idea de pedirle a sus colegas parlamentarios que reconocieran si habían recibido dineros de pesqueras y acompañar esto con la lista de los aportes reservados?

“Esto fue en el marco de la campaña para la derogación de la Ley de Pesca, lo discutimos con las organizaciones de pescadores a nivel nacional.

La idea fue mía, al principio pensamos hacer un link al Servel (Servicio Electoral), porque esos datos son públicos, pero aparecían de manera individual y, por lo tanto, los agrupamos.

Ya había vivido una experiencia similar cuando hace algunos años publicamos unas votaciones, ya no recuerdo de qué proyecto de ley, pero fue la misma reacción corporativa en mi contra, con acusaciones de deslealtad y de traición por dar a conocer cómo votaban los diputados”.

-Y si tenía ese antecedente ¿no imaginó que también le iba a traer problemas esta declaración?Navarro-foto-2

“La sobrerreacción estuvo dada corporativamente por el Senado. Ellos -los senadores- cometieron un error, me dejaron en un callejón sin salida: “O te retractas o renuncias”, me dijeron. Uno a un amigo, cuando cree que éste cometió un error, no le pide eso, le dice te damos la oportunidad de poder corregir, pero no te dan un ultimátun, eso te lo dan los adversarios”.

-Pero usted también emplazó a senadores que eran sus amigos. Eso también puede ser entendido como deslealtad.

“Publicar datos que están al acceso de cualquier ciudadano que tenga Internet no creo que sea una deslealtad. Emplazar a la transparencia de los recursos recibidos por las pesqueras, tampoco. Es un cuestionamiento político al proceso de financiamiento de las campañas por las empresas privadas. Lo que sí he hecho es una retrospección. Cuando en el 2003 discutimos la ley (de aportes de empresas), la indicación sostenida por el entonces diputado Navarro y diputado Montes, que buscaba eliminar las donaciones de las empresas y establecer la pérdida del cargo, y no una multa para el que violaba la ley y gastaba más de lo establecido u obtenía recursos ilícitos, causó un tremendo problema. 119 diputados votaban a favor y estaba Navarro con una indicación en contra. Longueira detuvo la sesión y se armó un escándalo, y durante unos 20 minutos tuvimos toda la presión de José Miguel Insulza pidiéndome el retiro de la indicación, porque Longueira exigía unanimidad.

Por lo tanto, si hay algo de lo que me arrepiento no es de haber publicado la lista, sino de no haber mantenido la indicación, porque la retiré y así se dio la unanimidad. En esa ocasión la clase política buscó una mala salida para la crisis MOP-Gate, y siento que ahora, en la crisis Caval, Soquimich y Penta, tiene que haber una buena salida, y lo que estamos discutiendo en mi opinión sigue siendo insuficiente, porque no basta con impedir que las empresas donen, la pregunta es cómo se va a financiar la política”.

-¿Lo presionaron desde el Gobierno para que se retractara?

“No, afortunadamente el Gobierno tomó distancia de este conflicto, porque no es un problema de la Nueva Mayoría”.

-Sus aportes reservados alcanzan los 2,4 millones de pesos ¿Quién los donó?

“No tengo conocimiento de ello”.

-¿Entonces cómo le pide a los otros parlamentarios que revelen quiénes están detrás de sus aportes reservados si usted tampoco conoce el origen de los suyos?

“Es que hay algunos que recibieron 200 veces más que yo. Yo tengo una donación, tengo una posibilidad de saber quién la ha hecho. Pero quien ha recibido 200 veces más que yo, alguna posibilidad tiene, entre todas esas, de saber quién las entregó. Hay senadores de la Región del Biobío, como van Rysselberghe y Harboe, cuyos aportes casi llegan a los 300 millones de pesos”.

-¿Cómo financia sus campañas entonces?

“Hay que aclarar que los aportes reservados son una parte de las donaciones de las campañas. Yo gasté 180 millones de pesos en mi última campaña. El Estado me devolvió 109 millones de pesos. Es decir, el 60 por ciento del costo de mi campaña la financió el Estado. El resto son 40 por ciento de deuda, que está en ejercicio, y 40 por ciento de diversas donaciones de personas particulares que la ley las permite, y hay alguna otra actividad menor, que por cierto no fueron bingos ni rifas, y por tanto estamos muy tranquilos porque sabemos el origen del dinero de nuestra campaña”.

-En el capítulo del voto de censura se conoció de un préstamo que usted le pidió al dirigente microbusero (de las micros amarillas), Manuel Navarrete, de cinco millones de pesos. Uno se pregunta, ¿cómo un senador, que es tan bien pagado, tiene que andar pidiendo plata por esos montos?

“La vida tiene extraordinarias casualidades, porque la información salió justo el día en que se votaba la censura, cuando se trataba de un préstamo de hace ocho años, el 2007, que no era un año de campaña, por lo cual no era para esos fines”.

-¿Por qué no recurre a los bancos, si usted mismo dice que no es bueno que los políticos tengan tratos de este tipo con empresarios?

“Porque los bancos nos miran mal; hace mucho rato que cerré mi cuenta. Por lo tanto no tengo cuenta corriente ni tampoco capacidad de crédito. Mis problemas no son con SQM, mis problemas son con Dicom, y yo quiero decir que los mismos que critican el préstamo de los cinco millones de un empresario del transporte colectivo de Santiago, son los que me criticaban cuando me embargaron mis vehículos y me iban a rematar la casa. Y en lo del préstamo, que está pagado y que ocurrió hace mucho tiempo, hubo mala fe y mala intención de hacerlo público en ese momento”.

-¿Ha ejercido alguna influencia a favor de Manuel Navarrete?

“Nunca. Al contrario, la única vez que me he referido a él en el Parlamento, fue cuando dije que los pequeños empresarios microbuseros, que eran miles, estaban siendo aniquilados por el Transantiago, que no lograban llamar la atención porque estaban encabezados por una persona como Navarrete, que gozaba de una mala fama”.

-¿Y en esa oportunidad no se acordó que él le había prestado plata en un momento de apuro?

“En siete años le he pedido plata a muchos amigos, yo diría que es peligroso juntarse con Navarro, porque en algún momento me van a tener que prestar plata”.

¿Manuel Navarrete es amigo suyo?

“No, el dinero lo consiguió Darío Contador y, por tanto, lo que se conoció fue un documento que yo jamás había firmado, pero el dinero se pagó. Y quiero explicar por qué me veo obligado a pedir préstamos. Yo tengo cuatro oficinas parlamentarias, tengo un bus, tenía un par de ambulancias que ya dimos de baja, tenemos una camioneta para hacer gestión parlamentaria. El 60 por ciento de mi dieta se va en la tarea parlamentaria. Llevo 22 años en el Congreso y no he acumulado ningún bien que no sea una deuda hipotecaria de la casa que tengo en Penco”.

-¿Puede asegurar que no van a aparecer aportes irregulares a sus campañas?

“Nunca digas nunca, pero no tengo ningún antecedente. Confío en mi equipo, lo hemos trabajado, nos hemos cuidado. Por ejemplo, una AFP en mi primera campaña senatorial, me ofreció dinero y nos negamos. Era legal, pero no quisimos. No teníamos ni bencina para hacer andar una camioneta, pero no aceptamos. En esa oportunidad saqué 209 mil votos, fui la segunda mayoría nacional y fuimos la única circunscripción que quebró el binominal. No teníamos ni una sola gigantografía, mientras que Carlos Bombal -su adversario en esa campaña- tenía 184. Y le ganamos igual, lo que permite establecer un principio: no requieres de campañas millonarias para ganar una elección, requieres de campaña permanente”.

-Y eso que se dice que usted recibe platas de Venezuela, primero de Chávez y ahora de Nicolás Maduro.  

“Estoy muy orgulloso de haber gozado de la amistad del comandante Chávez, pero quienes piensan que recibo financiamiento de Venezuela son quienes entienden la política desde el punto de vista económico. No entienden que puede haber solidaridad, lealtad o integración. Por cierto que a Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, lo conozco y he compartido mucho con él. Pero ya quiero advertir que al próximo que venga con este cuento de que recibimos financiamiento de Venezuela lo vamos a demandar. Y el único problema que tengo con las demandas es que mi equipo jurídico las gana todas”.

“Me gustaría ser ministro”

-¿Cómo ha sido la relación con sus colegas tras su salida de la vicepresidencia de la Cámara Alta? ¿Ya es más cordial o le siguen aplicando la Ley del Hielo?

“El comité político del sábado 11 de julio fue mi reencuentro con la Nueva Mayoría, no con el Senado. Y ahí quiero establecer una diferencia: los problemas de Navarro fueron con los senadores, no son vinculantes con la Nueva Mayoría. Lo que ocurre en el Senado, se queda en el Senado, como lo que pasa en la gira de estudio, que se queda en la gira de estudio. Nos saludamos como siempre con Isabel (Allende), también estaba Jorge Pizarro y, en realidad, estaban muchos de los que votaron a favor de la censura. Lo de mi salida de la vicepresidencia fue un hecho puntual, que dejó una cicatriz, pero no voy a quedar pegado en eso. Lo dije en la sala el día que se votó la censura: Con esto pierden todos, pierde el Senado, el Gobierno, la Nueva Mayoría, porque la gente no entiende que quien ha pedido más transparencia termine siendo sancionado”.

-¿Perdió amigos en esta pasada?Navarro-foto-3

“Algunos me han dicho directamente que nuestra amistad ha quedado dañada. Y por cierto me duele. Por ejemplo, yo tenía una gran amistad con Fulvio (Rossi), y nos hemos distanciado, lo mismo con Ricardo Lagos Weber. Yo sigo manteniendo un aprecio tremendo por él. Salió una publicación en un diario sobre cosas que nos dijimos en un almuerzo, pero yo jamás lo he dicho y se lo comenté, y espero que el tiempo borre las heridas”. 

Según publicó La Tercera, hubo un almuerzo donde algunos senadores le pidieron explicaciones a Navarro por el emplazamiento que les había hecho para aclarar si habían recibido donaciones de las pesqueras para sus campañas. Los ánimos se fueron alterando y, en este ambiente, Fulvio Rossi le habría dicho que “su conducta ponía fin a una antigua amistad”. Lagos Weber también se habría integrado a la discusión en contra del senador de la Octava Región Costa, lo que habría molestado a este último, quien lo acusó de ser un “apitutado”, por haber obtenido la beca Presidente de la República en 1995 mientras su padre, el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar, era ministro de Educación.

-¿Quedó muy lastimado después de todo esto?  

“Yo soy resiliente por naturaleza, creo que todos los días hay un nuevo desafío. Hoy el desafío del Senado es sacar adelante los proyectos de ley que están pendientes, como por ejemplo, el proyecto para establecer que el límite a la reelección parlamentaria comience con efecto retroactivo a partir del 2017. Eso implicaría que 91 parlamentarios no podríamos repostular. El proyecto que se discutió en la Cámara de Diputados y que ha ingresado al Senado tiene letra chica, porque establece el límite a la reelección en 10 años más. Por eso decir que para resolver un problema actual, que es la falta de confianza y de cercanía hacia la ciudadana la solución sea ofrecida 10 años después no es coherente ni razonable”.

-Si se aprueba el proyecto con ese efecto retroactivo, usted queda imposibilitado de respostular al Parlamento.

“Eso ya está conversado y la dirección del MAS ha asumido que si el límite es para los que hemos cumplido la mitad del periodo, que es mi caso, el 2017 estamos disponibles para salir y que haya reelección”.

-¿Ha pensado a qué se dedicaría luego de eso?

“Me encantaría estudiar Psicología, nunca he tenido el tiempo suficiente para hacerlo. Cuando he estado en la universidad, o me han suspendido o me han expulsado, por eso la opción de estudiar es importante. Y, por supuesto, está la política, que no la pienso dejar. Hemos creado el único partido de Izquierda después de Salvador Allende, y el MAS está creciendo a lo largo de todo Chile. Somos el segundo partido mejor evaluado en las encuestas de la Nueva Mayoría desde hace un año y medio”.

-Usted siempre ha sido un díscolo: dejó el PS, creó su propio partido y abandonó la Concertación. Ahora está el tema de su expulsión de la vicepresidencia del Senado. Con esos antecedentes es poco probable que lo inviten a participar a algún cargo de Gobierno.

“Los llamados a tener éxito son gobiernos de unidad, sin exclusiones. A mí me encantaría ser ministro”.

-¿De alguna cartera en especial?

“De lo que determine el Presidente que me convoque. Uno descubre que la calidad de ministro no te la da tu condición profesional, sino que tu capacidad de gestión y, por tanto, Navarro tiene una experiencia larga en la política y siempre está esa posibilidad. Por lo demás, ser ministro es más entretenido que ser parlamentario. Lo único malo es que los ministros tienen corta vida”.

-La senadora Isabel Allende dijo que usted quería aparecer como el Robin Hood de la probidad. Y no pocos atribuyeron su actitud a que está pavimentando su camino para postular a La Moneda.

“Lo he dicho siempre, miente aquel senador que dice que no quiere ser Presidente de Chile. El MAS quiere ser un partido a nivel nacional y va a tener su candidato en las internas de la Nueva Mayoría”.

-Tras el voto de censura tan contundente: 30 a favor, dos en contra y dos abstenciones, los apoyos hacia una probable candidatura suya se ven poco probables.

“Con mucha humildad lo digo, no es la primera vez que me enfrento a la vieja Concertación, a la Nueva Mayoría y a la Derecha de manera simultánea. Ya lo hicimos contra Camilo Escalona en la campaña pasada. Desfilaron en la Región del Biobío todos los integrantes de la Concertación para apoyarlo, hasta los compañeros del Partido Comunista, como Daniel Jadue, mi amigo, y la compañera Karol Cariola. Todos contra Navarro, y les volvimos a ganar. No me extraña lo de la Isabel, yo tengo un profundo aprecio por ella, primero porque admiro a su padre y fui socialista por Salvador Allende, pero no es que yo me sienta Robin Hood, sino que combato a los Hood Robin, a los que les quitan a los pobres para darles a los ricos, y por cierto creo que en esta cruzada por mayor igualdad no se requiere de héroes, sino que de una ciudadanía consciente y organizada”.

-No es la primera vez que lo dejan solo. A usted intentaron destituirlo de su cargo  por haber marchado junto a la CUT, el 2007,  y “haber incitado al desorden público”. En esa oportunidad ningún compañero socialista salió a apoyarlo.

“Nadie pues, la única que me acompañó caminando por las calles de Santiago a escuchar el veredicto del Tribunal Constitucional fue la ex candidata socialista a la presidencia de Francia, Ségoléne Royal, y nadie del PS. Recuerdo que en ese tiempo era Subsecretario del Interior Felipe Harboe. Él declaró que la calle no era un lugar para un senador, porque nuestra función estaba en el Congreso. Esa vez yo le respondí a Harboe que para que él pudiera asumir cargos en el Gobierno nosotros conseguíamos los votos con la gente en la calle. Incluso recuerdo que desde el Gobierno me castigaron y nos quitaron fondos Presidente de la República que favorecían a 28 organizaciones de mi circunscripción. Al final, el Tribunal Constitucional se pronunció a mi favor por 10 contra  cero, por eso dijo: ojo con mi equipo de abogados”.

-¿Por qué no es querido entre sus colegas políticos?

“Puede ser el estilo, puede ser que haya ADN díscolo en las venas de Navarro”.

 -¿Nunca ha pensado “Seré yo Señor” (el del problema), porque nunca obtiene apoyos de sus pares? 

“El Seré yo Señor lo preguntamos en cada elección, y la ciudadanía me responde: eres tú Alejandro el que nos representa, y nos responde positivamente porque no reelige, porque al final del día tu evaluación no está a merced de la comisión política de un partido, sino que depende de los ciudadanos. Y lo hemos probado cinco veces y hemos quebrado el binominal en todas esas ocasiones”.

-¿Se siente el llanero solitario de la política?

“El llanero solitario usaba un antifaz, eso a mí no me gusta, porque me gusta dar la cara, aún en mis errores, cuando tengo la convicción de que los he cometido. Siento que hay que asumir, durante mi época universitaria me tocó compartir junto a miles y miles de jóvenes en la lucha contra la dictadura como presidente de la FEC. Me expulsaron en dos ocasiones, y decíamos hay que asumir, aunque sea solo. Algunos me han quitado el saludo en el Senado, pero llego a Concepción y se me acerca gente hasta de Derecha para decirme: Alejandro no pienso como tú, pero hiciste lo correcto. En la calle a veces no puedo caminar, porque la gente quiera hablar conmigo. Quizás en el mundo de la política estoy más sólo, pero la gente está siempre conmigo”.   

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