Banco de ADN de animales nativos en peligro de extinción: Un arca de Noé a la chilena

/ 15 de Junio de 2007


¿Se acuerda de la oveja Dolly? La imagen de este primer animal clonado a partir de una célula adulta de otra oveja vuelve hoy a nuestra memoria. Y es que el experimento que abrió la puerta para el desarrollo científico hacia la reproducción artificial cobra vigencia de la mano de un proyecto que realizan docentes de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción.


Esta vez, se trata de la creación de un banco de ADN de animales silvestres chilenos en peligro de extinción que tiene entre sus objetivos preservar su material genético para la eventual clonación de esas especies.


PATRIMONIO GENETICO


La palabra “extinción” eriza los pelos a cualquiera. De acuerdo a estimaciones científicas, miles de animales podrían desaparecer de la faz de la Tierra en los próximos 30 años, entre ellos 1.130 clases de mamíferos y 1.183 de aves. Sería la sexta ocasión que un evento de este tipo ocurre en el planeta, después de las cinco registradas en la era geológica. ¿Qué provocó esta situación? Según los expertos, el cambio climático genera condiciones a las que la flora y la fauna no pueden responder con suficiente rapidez. A su vez, la pérdida de especies agravará el recalentamiento global. En otras palabras, un círculo vicioso por la acción u omisión del hombre respecto al medioambiente.


En este contexto, el proyecto que dirige Fidel O. Castro, PhD. en Ciencias Veterinarias junto a Oscar Skewes, médico veterinario y Phd en Vida Silvestre, ambos de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UdeC, en Chillán, viene como anillo al dedo. La iniciativa pretende tomar muestras de las especies nativas más amenazadas. Con ellas, los investigadores podrán obtener células de ADN vivas, multiplicarlas, congelarlas y conservar el material genético como un patrimonio científico que permitirá desarrollar innumerables estudios.


Pero ¿qué significa que están “en peligro de extinción”?. Durante muchos años careció de una escala cuantificable para este concepto y se trabajó bajo apreciaciones anecdóticas y coloquiales respecto a las circunstancias que definían la amenaza de una especie. Sin embargo, en 1999 unos científicos chilenos (Cofré H. L. y P. A. Marquet) publicaron un artículo en una revista internacional donde valoraron diferentes características, entre ellas la disponibilidad teórica u observada de animales, rastros evidentes, últimas noticias del animal y una serie de parámetros cuantitativos e hicieron una tabla donde se le asignó distintos grados de amenaza de extinción. “Tomamos de ese artículo las 8 especies más amenazadas de Chile. Son 7 mamíferos y un ave. Sabemos que esta selección no complace a todos y que hay otras especies amenazadas, pero no podemos abarcarlas todas. Lo restringimos a esta cantidad por una cuestión de capacidad de realización del estudio y de recursos”, explica Fidel O. Castro.


ESPECIES EN PELIGRO


El proyecto, conocido como “Conservación de genofondos de especies animales silvestres nativas y endémicas en peligro de extinción”, es financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) en conjunto con la UdeC. Es una investigación bastante osada, ya que los científicos deben rastrear a los animales en sus hábitat naturales en faldeos cordilleranos, volcanes y zonas altiplánicas. En la selección se consideraron animales silvestres nativos del norte, centro y sur del país. Se trata de la chinchilla lanígera, la taruca o huemul del norte y el picaflor de Juan Fernández, especies que se encuentran desde la región del Bío Bío al norte. Desde esta latitud al sur, el huemul del sur, la comadrejita trompuda (que es un tipo de marsupial considerado un verdadero fósil viviente debido a que es representante de una fauna ya extinguida), el huillín (una nutria de agua dulce), la güiña (un gato cordillerano) y el zorro chilote de Darwin.


Los investigadores se han comprometido a registrar cuatro animales por especie. “Esto parece poco, pero no es así, porque es bastante difícil encontrarlos, ya que hay animales que no se han visto en años”, puntualiza Castro. A la fecha, tienen completo el registro del picaflor, comadrejita trompuda, chinchilla, huemul y la mitad de las Güiñas. Sin embargo, aún no intentan el registro del huillín, porque es una especie muy complicada ya que pasa medio ciclo en el agua y el otro fuera de ella, así es que hay que esperar ciertas condiciones. Tampoco han podido muestrear al zorro chilote ni a la taruca, aunque han visto cerca de 20 animales.


ADN VIVO


Este proyecto reunirá material genético vivo de las especies seleccionadas. “Obtenemos células de los animales mediante procedimientos poco invasivos y bajo preceptos de bienestar animal y normas veterinarias adecuadas”, explica Fidel O. Castro.


Para obtener las muestras, los investigadores instalan jaulas con cebos y esperan a que el animal ingrese a ellas para atraparlos y así obtener las muestras del tejido. “Este método es inocuo para ellos y lo realizamos con extremo cuidado para no causarles estrés”, puntualiza el científico. Castro aclara que en el caso de los cérvidos, como el huemul y la taruca, la toma de muestras se realiza a distancia. “Una vez que visualizamos al animal se les lanza un dardo con una escopeta especial. No es una anestesia, sino un pequeño saca bocado que apenas toca la piel del animal cae al suelo con la muestra de tejido”.


MULTIPLES ESTUDIOS


Las muestras obtenidas son llevadas al laboratorio de la Facultad de Ciencias Veterinarias del Campus Chillán de la UdeC. Allí, el ADN vivo es criopreservado en tanques de nitrógeno líquido a menos de 196 ºC. Luego, el material genético es llevado a un laboratorio de cultivo de tejido. En estas instalaciones se realizan inéditos estudios y procedimientos, entre ellos, estudios de genes y proteínas a partir de estas células vivas. Los resultados permitirán saber si es que existen enfermedades virales en estos animales que puedan ser una de las causas de su amenaza de extinción. “Esta información nos permitirá implementar acciones concretas para proteger su existencia”, explica el experto.


La Filogenética, que es el estudio de la migración de poblaciones animales, es otro de los análisis que podrá obtenerse. “La Comadrejita Trompuda es un marsupial muy antiguo y del cual se tiene poca información. Con esta investigación podremos entender cómo funcionan sus genes y proteínas y determinar sus orígenes y presencia territorial”.


Además, el ADN reunido formará un patrimonio genético exclusivo de los científicos y podrá ser protegido del robo de información genética que ocurre con el tráfico de animales.


Pero el objetivo más importante es la clonación de las especies. “Es un procedimiento posible, pero que no se consigue mañana ni pasado”, asegura el investigador. “¿Qué pasaría si de aquí a 20 años la clonación es un proceso tan fácil como hacer papas fritas? No serviría de nada si no hay animales para clonar. Nuestro deber es preservar las especies para que cuando se esté al punto de la extinción la clonación sea una alternativa para su conservación”, afirma Castro.


CLONACION INEDITA


La clonación que se realiza en el mundo utiliza material genético de especies idénticas. Sin embargo, también existe la clonación interespecífica, es decir, de una especie a través de otra similar o de la misma familia. “Para clonar un huemul se necesita un óvulo para que reciba la información genética que se extrajo del macho. Pero si no hay huemules, porque se extinguen, tampoco hay óvulos. Es como el cuento del huevo y la gallina. La solución a este dilema es poner la célula del huemul en un óvulo de otro ciervo o de un bovino, ovino o caprino, es decir, de una especie que no es la misma, pero que es parecida”, explica el científico.


Además, el método por el que los investigadores están clonando es distinto al tradicional y corresponde al desarrollado por el doctor Gabor Vajta. “La clonación convencional, que se realiza utilizando equipos sofisticados de alto costo, utiliza el óvulo completo pero con una baja tasa de eficiencia. Nosotros clonamos por un método más barato y muy eficiente conocido como “Hand-Made Cloning” (HMC) y es una clonación manual. Permite clonar con un tercio de los recursos que usa el otro método. Es mucho más eficiente porque utiliza una sección del óvulo con una alta tasa de reproducción”.


Los científicos están comprometidos, bajo el proyecto financiado por el FIA, a realizar clonación interespecífica de embriones de huemul. “Este proyecto busca demostrar, a nivel de embriones, que es posible clonar mediante la técnica interespecífica”, puntualiza el director del proyecto. Sin embargo, Castro asegura que el laboratorio y los profesionales que han colaborado en la investigación, tienen el conocimiento y la tecnología para clonar otras especies independiente al proyecto FIA.


La investigación, que comenzó en diciembre de 2005, entregará sus resultados en marzo de 2009. Sólo entonces Chile tendrá patrimonio genético sobre estas especies nativas. Ello no significa que se habrá eliminado su condición de amenaza, pero al menos estará la información disponible para que, de llegar a su extinción, éstas especies puedan ser reproducidas de manera artificial. El llamado a la conciencia medioambiental en pro de la conservación de las especies es la principal motivación de estos científicos.

FICHA TECNICA


Director del Proyecto: Fidel Ovidio Castro, Zootecnista cubano con 3 años de docencia en la Facultad de Ciencias Veterinarias UdeC. Especialista en biología molecular y reproducción asistida.


Oscar Skews, Médico Veterinario, Doctor en Vida Silvestre,.


Llerethny Rodríguez, Licenciada en Microbiología, estudiante de Doctorado encargada de realizar la clonación con sus manos.


Felipe Navarrete, Médico Veterinario, estudiante de doctorado.


Personal de apoyo de laboratorio: Dr. Cristian Bonacic de la PUC; Alejandra Muñoz de la Universidad de Chile; Dr. Daniel González de la Universidad de Concepción, Dr. Oscar Guineo.

TEXTO: Murielle Gonzalez

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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