Eric Forcael Durán, Ph.D.
Director Ejecutivo Innova Bío-Bío
A diferencia de los negocios tradicionales, aquellos innovadores con gran potencial de crecimiento se caracterizan por un alto riesgo comercial y tecnológico, especialmente en sus inicios, lo que dificulta la obtención de financiamiento.
En Chile, en general, las instituciones bancarias no apoyan a este tipo de proyectos. Además, la mayoría de los emprendedores no dispone de recursos propios suficientes para financiar su idea. Para ellos el capital de riesgo es una buena alternativa. Sin embargo, tanto los inversionistas ángeles como los fondos de capital de riesgo están concentrados en Santiago, de modo que los emprendedores regionales no poseen acceso expedito a éstos ni cuentan con las redes de colaboración y contactos que puedan brindar oportunidades, como sí las tienen sus pares de la Región Metropolitana.
Reconociendo esta necesidad, como Comité Innova Bío Bío impulsamos un programa de formación de competencias, tanto en emprendedores como en potenciales inversionistas locales, para fortalecer dichas redes de colaboración. Realizamos un estudio con un grupo de 20 emprendedores que fue capacitado y orientado para presentarse a inversionistas considerando su propuesta de valor, potencial de crecimiento, necesidades de financiamiento, como así también la orientación comercial y disposición a dedicarse completamente al negocio. Esta experiencia entregó valiosa información. Según la consultora Cameron Partners, a cargo del estudio, un 33 % de ellos cumple con requisitos para recibir capital de riesgo, dato bastante superior al 5 % que se identificó en la versión anterior de la investigación (2008).
El estudio también arrojó que el capital de riesgo en la zona está en pañales, y que gran parte de las dificultades observadas estuvieron asociadas a la identificación de los inversionistas locales. Se evidenció además que si bien el tema del capital de riesgo es atractivo y concita interés por parte de importantes actores de la Región, al momento de materializarlo en acciones concretas, la tasa baja considerablemente. De los 151 empresarios identificados inicialmente y luego contactados, sólo 37 mostraron interés en el programa. De ellos 15 participaron activamente en el proceso formativo, y sólo 9 clasificaron como potenciales inversionistas calificados.
Los resultados nos han servido para delinear futuras acciones que apoyarán las inversiones privadas en la Región del Biobío, como también para conocer las debilidades y potencialidades de los emprendedores en estos temas. Estamos conscientes de que la tarea no es sencilla, por lo que continuaremos trabajando para estimular la participación de personas y de empresas con visión de futuro. Sólo así se podrán sortear las brechas que hoy presenta el sistema en este ámbito, y podremos entregar más y mejores oportunidades a nuestros emprendedores.