Presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio Biobío.
La Región del Biobío es una zona privilegiada. Por su ubicación geográfica ha podido desarrollar una diversidad productiva, existiendo aún gran potencial por explorar.
En nuestro territorio es posible observar el crecimiento que han experimentado la industria forestal y pesquera; el posicionamiento que hoy posee el sector manufacturero, la capacidad de transferencia de nuestros puertos, la apertura a nuevos mercados del mundo agrícola y de los servicios y, desde un tiempo a la fecha, nos hemos posicionado como un importante polo de desarrollo de energías renovables.
Todos estos elementos, entre otros, hacen de esta zona un interesante espacio de atracción de inversiones.
Sin embargo, para que estas ventajas jueguen a nuestro favor es necesario que existan garantías de que aquí, cualquiera sea la localidad que despierte el interés de los inversionistas, se presenten certezas jurídicas que permitan proyectar a futuro, con reglas claras y permanentes, bajo parámetros de confianza y estabilidad.
En esta línea, de poco sirve propiciar la llegada de iniciativas que generen más puestos de trabajo y reactiven la economía, si los procedimientos y regulaciones a los que estarán sujetas, tienen un proceso de aprobación complejo, que excede los tiempos planificados.
Se requiere entonces de voluntad política para establecer modificaciones legales que modernicen y agilicen estos procesos, de acuerdo con los intereses de todas las partes involucradas, procurando siempre resguardar los aspectos económicos, medioambientales y sociales.
Es aquí donde nuestras autoridades cobran un rol relevante, pues es a través de su gestión que podemos obtener resultados legislativos que apunten a resolver estas incertezas.
Nuestro gremio, desde una mirada multisectorial, valora y acoge la propuesta del Gobierno de incrementar el crecimiento y generar más empleo; no obstante, creemos también que para sortear ese desafío de manera exitosa es necesario establecer líneas de trabajo permanentes entre empresarios, la comunidad, los gremios y las autoridades. Se requiere una instancia integradora que permita la participación, y fomente la búsqueda de consensos en torno a temas que son de beneficio común.
Nuestro afán por crecer nos invita a cambiar y perfeccionar las metodologías aplicadas. Es una invitación a renovarnos, y a trabajar con ese objetivo claro. Nuestro desafío es ése: atraer nuevas inversiones para recuperar el anhelado dinamismo que, como Región, nos ha caracterizado durante décadas.