La carga que lleva un niño en su mochila no debe exceder el 15 % de su peso corporal. Ésa es la primera recomendación que deben tener en cuenta los padres a la hora de supervisar cuánto cargan sus hijos en sus mochilas escolares. De esta manera se evitarán futuros problemas de salud como dolores de espalda, cuello, hombros o desviaciones en la columna. Ayuda también elegir mochilas con un cinturón acolchado (que debe ir atado en la cintura) y con tirantes de similar material, de un ancho mínimo de cuatro centímetros a la altura de los hombros, para distribuir mejor el peso. Ésta además debe tener un armazón semiblando, anatómico y de tamaño similar o menor al dorso del niño. Si es mayor, el peso caerá sobre la cintura, glúteos o caderas que son zonas sensibles no aptas para soportar peso. Lo ideal es que la mochila se adapte a la curva que forma la espalda y que tenga compartimientos múltiples parta repartir la carga y no concentrarlas sólo en un punto.