COP 25, nuestra verdad incómoda

/ 29 de Julio de 2019

Hace poco menos de un año, Greta Thunberg -una niña sueca de 15 años- llamó la atención de los medios de comunicación y del mundo sobre los principales problemas y desafíos relativos al cambio climático y al calentamiento global. Primero lo hizo protestando en su país afuera del Parlamento, poco antes de las elecciones generales. Más tarde, liderando un movimiento global de activismo Greta ha reclamado en diversos foros internacionales acciones más concretas y decisivas por parte de gobiernos y partes interesadas en pro del cuidado y protección del medio ambiente.

Roger Sepúlveda,
Rector de la Universidad Santo Tomás
Concepción – Los Angeles.

Hacia fines de este año, Chile será anfitrión de dos grandes eventos de relevancia internacional: la Cumbre Asia Pacífico (APEC), en noviembre, y la Cumbre sobre el Cambio Climático (COP 25) del próximo diciembre.
La posibilidad de realizar actividades de esta magnitud implica, obviamente, un importante costo económico, así como un gran esfuerzo en términos de logística, seguridad y organización. Sin embargo, ambos eventos representan plataformas de inestimable valor, que nos confirman como un socio serio y confiable que adquiere un creciente protagonismo a nivel internacional. Hoy por hoy, se nos invita y se nos escucha.
Chile es responsable apenas del 0,25 % de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2). No obstante, somos un país muy vulnerable al cambio climático, pues cumplimos con 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad (zonas costeras bajas, zonas forestales expuestas al deterioro, zonas naturales propensas a desastres como erupciones, tsunamis y terremotos; zonas expuestas a sequía y desertificación; zonas de alta contaminación atmosférica urbana, entre otros). Esto nos sitúa entre las 10 naciones más afectadas por este fenómeno, según el reporte de Índice Global de Riesgo Climático 2017.
A un nivel más profundo, la Cumbre también representa una oportunidad de encuentro y de diálogo para avanzar más decididamente en políticas de protección medioambiental con la urgencia que el tema requiere, según nos alerta con apremio la propia comunidad científica.
En nuestro caso, se quiere avanzar en varios frentes: la elaboración de la Ley Marco de Cambio Climático, la implementación de la Ley de Gestión de Residuos; la Responsabilidad Extendida del Productor y el Fomento al Reciclaje; la modernización del Sistema de Evaluación Ambiental de Proyectos; la aprobación del Proyecto de Ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, y la Ley sobre Delitos Ambientales. Esta última iniciativa busca prevenir y sancionar daños a nuestro patrimonio natural.
Es cierto que la mayor parte de estos problemas no son nuevos ni se arrastran de los recientes gobiernos. Sin embargo, me gustaría pensar que los enormes esfuerzos desplegados para esta Cumbre asegurarán resultados que respondan a las preocupaciones y deseos de las nuevas generaciones de nuestra patria. Una nueva generación formada por Greta y miles de otros jóvenes alrededor del planeta, que nos exigen con voz cada día más fuerte y clara soluciones a nosotros, los adultos.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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