Egresados USS en la primera línea del Covid-19

Profesionales del área de la salud formados en la Universidad San Sebastián Sede Concepción relatan su experiencia laboral en estos complejos días de pandemia. Han demostrado sus capacidades técnicas, pero también, los valores de su alma máter.

Los profesionales que trabajan en el área de la salud conocen bien cuánto afecta el Covid-19 a los pacientes. Sus arduas jornadas laborales, que en ocasiones se extienden por 24 horas, reflejan el sacrificio que deben hacer por cuidar a otros. Una tarea que cumplen sabiendo, incluso, que tienen riesgo de sumarse a la lista de contagiados que día a día actualiza el ministerio de Salud.

En este duro contexto, son más de 6 mil profesionales del área de la salud titulados en la USS Sede Concepción que hoy ayudan a superar la pandemia en hospitales, clínicas y centros de salud de todo Chile.

El doctor Fernando Chuecas Saldías, vicedecano de la Facultad de Medicina y Ciencia, reconoce la labor de estos egresados. “Dada mi actividad clínica y académica en estas semanas, me ha tocado conocer muchas experiencias de profesionales de la salud, sobre todo enfermeras y médicos, que están en la primera línea de trabajo, incluyendo a los que atienden pacientes Covid positivos, algunos de ellos muy graves”.

El directivo comenta que observa en ellos “una disponibilidad y profesionalismo admirables, muchas veces redoblando turnos, adaptándose a nuevos escenarios, haciendo frente al peso psicológico y físico asociado y, a pesar de la natural incertidumbre y, por qué no decirlo, el miedo que a veces puede aparecer, no pierden el optimismo y la voluntad de salir adelante. Me da gusto reconocer entre ellos a algunos egresados de Universidad San Sebastián, que tanto en labores clínicas como administrativas despliegan lo mejor del espíritu sebastiano: vocación de servicio, adaptabilidad al cambio y especialmente un respeto profundo por la persona humana en toda su dimensión”.

Trabajo en UCI

Un ejemplo de estos profesionales es la enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos, para pacientes adultos, de la Clínica Sanatorio Alemán de Concepción, Betzabé Delgado Aguilera.

Titulada USS, sabe los desafíos laborales que enfrenta en sus 12 horas de trabajo. “Me desempeño en una jornada de ‘cuarto turno’, esto quiere decir que trabajo de día hasta la noche; luego, tengo un día libre y, finalmente, vuelvo a incorporarme al cuarto día”, explica.

Su arduo trabajo en la UCI lo describe como un sinfín de emociones. “Cuando llegas al turno, lo primero que piensas es que Dios te acompañe para sacar tu trabajo adelante. Después, esperas que los pacientes tengan una buena evolución y, de pasar lo contrario, poder contenerlos cuando tengan que partir”, señala.

También le han tocado días difíciles al médico cirujano USS Cristóbal Aliaga Jouannet. Su objetivo diario es cuidar a los pacientes y al personal que trabaja en el Hospital Las Higueras de Talcahuano. “Debido al gran tránsito de personas que circula, el hospital es un importante foco infeccioso. Es por ello que nuestro desafío es evitar el contagio a toda costa manteniendo siempre una correcta limpieza”, dice.

Según relata, en el recinto hospitalario se han suspendido todas las consultas que no sean de urgencia, como interconsultas, consultas de ortopedia y evaluaciones. Añade que, en el caso de su especialidad de Ortopedia y Traumatología Infantil, se tomó la medida de priorizar la atención a accidentados, fracturas, controles postoperatorios, cirugías de urgencia y consultas en el Policlínico de Trauma.

En estos momentos de emergencia sanitaria llama a la responsabilidad. “Los hospitales están utilizando todos sus recursos para poder controlar el virus, al igual que los profesionales de la salud, quienes trabajan 24 horas para combatir la pandemia. Por eso debemos evitar cualquier actividad de riesgo que pueda causar un accidente que termine siendo derivado a un centro hospitalario”, expresa.

Su gran temor es que este nuevo tipo de coronavirus siga afectando la vida de más personas. “El miedo a contagiarme o contagiar a mi familia existe día a día. Este es un virus que recién se ha estudiado un par de meses; aún no hay un experto mundial de Covid-19 y no sabemos cómo puede ir reaccionando y evolucionando”, puntualiza.

Rutina hospitalaria

Claudia Flores Estay demora desde su casa una hora y 15 minutos para llegar al Hospital de Curanilahue. Su rutina es la misma que se da en el resto de los centros hospitalarios, debe tomarse la temperatura, andar con mascarilla, limpiarse las manos con alcohol gel y mantener siempre el distanciamiento social.

La médica internista de la USS cuenta que, una vez por semana, tiene un turno de 24 horas. “Para evitar contagios, los horarios laborales cambiaron a un sistema especial de turnos. Además, se suspendió la mayoría de las actividades ambulatorias en el recinto”, detalla

Su sensación es que el estamento médico está más unido que nunca, especialmente, quienes trabajan en las áreas de urgencia e intensivo. “El apoyo de la sociedad ha sido muy importante, y se ha logrado gracias a la fácil comunicación que proporcionan las redes sociales”, dice.

Cristóbal Aliaga.

A nivel personal, no siente temor por contagiarse, pero sí una preocupación por infectar a integrantes de su familia.

Desde otra vereda, Ricardo González Ferrada, psicólogo USS que se desempeña en el Cesfam Los Cerros de Talcahuano, cuenta su experiencia. Según él, debido a la falta de profesionales, algunos de ellos con licencia médica, ha tenido que asumir otras obligaciones, ligadas a la gestión y entrega de remedios, leche y alimentos. “Trabajo una semana completa y luego quedo libre; atiendo de 8 a 11 de la mañana. Luego, en la tarde, llamo a mis pacientes para saber si están al día con sus medicamentos y si necesitan que atienda alguna urgencia”, relata.

Respecto al Covid-19, dice no tener temor debido a las conversaciones que ha tenido con otros colegas del área de la salud. “Le tengo respeto, porque si me llego a enfermar, la cuarentena obligatoria no solo me afectará a mí, también a mi hijo y a mi esposa. No poder verlos por preservar mi salud, sería algo que me afectaría sin duda”, expresa.

Pero es consciente de que esta situación afecta de igual o mayor medida a sus colegas, sobre todo mujeres que deben dejar a sus hijos al cuidado de otras personas para poder ir a trabajar. Considerando esas situaciones, elaboró un cuestionario para evaluar el impacto emocional en los funcionarios, y así generar estrategias que ayuden a superar de mejor manera la situación.

Cree que la comunidad ha sido muy respetuosa con su trabajo y el de sus compañeros. “Cuando terminamos la jornada, la directora del centro de salud organiza una reunión en el hall para entregarnos algunos lineamientos y felicitarnos por nuestra labor. El apoyo entre compañeros de trabajo es vital para dar lo mejor ante las adversidades de la pandemia”, enfatiza.

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