El fin de un año violento

/ 25 de Diciembre de 2007

Este 2007 fue un año donde la violencia, en varias de sus manifestaciones, copó las agendas noticiosas. Femicidios, bullying, mobbing o maltrato infantil fueron términos que debimos oír recurrentemente durante los últimos 12 meses.
Nuestra primera editorial del año advertía sobre los preocupantes niveles de violencia en contra de las mujeres, la que, apenas transcurrida una semana de 2007, ya cobraba dos víctimas fatales. Al pasar los meses, la palabra femicidio comenzó a formar parte habitual de nuestro léxico y, lamentablemente, debió ser repetida en otras 57 ocasiones para dar cuenta de crímenes en contra de chilenas que fueron perpetrados por sus esposos, convivientes, ex parejas o pololos.
En octubre último, el Ejecutivo envió al Parlamento un proyecto que endurece las penas para agresores de mujeres y amplía las herramientas para enfrentar esta violencia. Paralelamente se aumentó el presupuesto para el Programa de Prevención de la Violencia Intrafamiliar y así financiar los Centros de la Mujer y priorizar los mecanismos de protección.
Sin duda un tremendo avance que, de la mano del compromiso de la sociedad para frenar la actitud pasiva de las víctimas y la cobardía de los agresores, ayudará a que en 2008 esta amarga estadística comience a declinar.
El bullying fue otro término que acuñaron los chilenos a raíz de los suicidios de escolares que no soportaron los maltratos físicos y psicológicos de sus pares. Aunque el tema en Estados Unidos y Europa ya es hace tiempo parte de sus políticas de Educación y Salud, en Chile hasta 2007 se había avanzado muy poco. A pesar de que desde 2003 el MINEDUC desarrollaba una política de convivencia escolar, muchos establecimientos preferían ocultar el matonaje entre las 4 paredes de sus aulas, con la errónea idea que dar cuenta de ello perjudicaría su imagen ante la comunidad. Hoy ya es posible ver que muchos colegios desarrollan sus propias políticas antibullying y que, además, hay una acción más decidida del Ministerio del ramo.
Otro positivo avance es el sistema Chile Crece Contigo para la protección integral de la primera infancia, que comenzó a funcionar en 2007 en 100 comunas del país. Apuntará no sólo a frenar el maltrato infantil, sino que también a generar acciones preventivas para evitar el alcoholismo, la violencia familiar y para mejorar las competencias sociales que estos niños tendrán en su vida adulta.
El tema del mobbing, que cabe en la categoría de violencia psicológica, aún se practica con impunidad en las empresas, públicas y privadas, mientras dos proyectos esperan seguir su tramitación en ambas cámaras del Parlamento. Será una de las tareas pendientes para 2008, un año donde la espiral de violencia manifestada en todas las formas ya descritas debería comenzar a involucionar, según los planes y objetivos trazados por las políticas mencionadas. Pero como se ha repetido casi majaderamente en estas páginas, la sociedad y su compromiso con las víctimas de este flagelo es la otra mitad que facilitará la consecución de sus objetivos.

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