El pasado es ceniza: POETAS EN EL “HUASCAR”

/ 20 de Abril de 2007

La poesía mira al futuro, la poesía es fuego y el pasado es ceniza”, fue la expresión de un poeta peruano, en el controvertido encuentro “Chile Poesía”, en que vates chilenos y del país hermano, entre otras actividades en diversos puntos de Chile, se reunieron en Talcahuano para recitar en el emblemático “Huáscar”.
“Es un botín de guerra“, sentenció una poeta peruana, que desistió de encender su flama frente al Monitor que nos retrotrae la insigne memoria de Prat y Grau.
Tuve el privilegio de conocer a una gran poeta limeña, que vive en el bucólico sector de Chambala, que sí recitó frente al “Huáscar”. Compartí con ella y con Tulio Mendoza, un grande de la poesía chilena, amigo entrañable, en mi casa. Nos cobijó el arrullo de una conversación lúcida y embrujadora, al calor de café humeante y kuchenes que nos endulzaron la tarde y el paladar.
Doris Moromisato, que así se llama, mujer de ojos rasgados, luminosos, amigables, misteriosos, oriunda de Okinawa. Descendiente de japoneses, habita en ella la suavidad de la mujer nipona que se trasmuta de pronto en el fiero estallido de sus palabras. Fue un apasionante recital poético. Doris nos regaló su poesía profunda, cuajada de luces y sombras, de planos y esferas.
Velada hermosa de conexión genuina, que marcó el inicio de una amistad pavimentada por el fulgor de las palabras. Tulio y Doris. Doris y Angélica. Amigos, hermanos, sin fronteras ni rencores. Doris es una mujer fecunda, trabajadora infatigable, de muchas publicaciones, editora, directora cultural de la Feria 2008 del Libro en Perú, fundadora del Centro de Comunicación y Cultura para la Mujer, directora de Colección Espejo, Poetas por la Tierra, investigadora, en fin, una mujer que pisa fuerte y deja el paisaje de su huella por donde va.
De poesía potente, algunos botones de muestra: “A las que osaron amar / lo más prohibido y dulce de sus cuerpos / y una noche tomaron la ciudad por asalto / para pensar en ellas / púrpuramente / mientras otras corrían a sus casas / a portarse bien. / Y porque algún día, también / otras pensarán en nosotras / y osarán tantear sin miedo / la otra cara de la luna / amando sus cuerpos / como pétalos / o espejos”.
De “La cansada herida” hurgo en un poema fuerte: “Doblo la esquina, piso la dureza del asfalto / espanto con el movimiento de mi cuerpo / la melancolía / de pronto dudo / no es ésta la ruta señalada / no es ésta la mejor forma / de pararme en seco / ante la muerte / Pero sigo / hundo más / el cuchillo en la cansada herida./ El atardecer va cubriendo mi espalda / lentamente / me pueblo de sombras”.
Doris ha rebautizado la semana de la manera que saben hacerlo los poetas: Lumbre, Mares, Miéntoles, Jueces, Vientres, Sádicos y Dominios.
Ojalá nos encontremos algún día nuevamente, no me importa si es Lumbre o Mares o Miéntoles. Lo que sí sé, es que “el universo gira alrededor de su boca”. Por Dios, qué bello escriben los poetas. Hasta Vientres, Doris.
TEXTO: MARIA ANGELICA BLANCO

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