El plan de 5 años de los ingenieros UDD: Uno de los más innovadores del país

/ 17 de Noviembre de 2009

Este 2009 comenzó su formación la primera generación de ingenieros de la UDD adheridos al nuevo plan de estudios de 5 años. El programa busca educar excelentes ingenieros en lo técnico y, a la vez, prepararlos con altos niveles de habilidades “blandas” para cumplir el objetivo de crear valor y aportar significativamente en la formación de los profesionales del futuro.
En marzo pasado, la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo debutó con su nuevo plan de estudios de ingeniería civil industrial que redujo la duración de la carrera a 5 años.
Esta “innovación de los cinco años” es el resultado de un profundo estudio que incluyó un riguroso análisis académico respecto de la conveniencia de modificar el tradicional sistema de educación de ingeniería
Nora Au, Vicedecana de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, explica que desde que se tomó la decisión de implementar los 5 años, se sabía que el perfil de ingreso de los alumnos facilitaría el nuevo modelo, y que el hecho de “acortar” el programa de estudio obligaría a hacer más eficiente el proceso formativo.
A pesar de esta certeza, el desafío no era menor, “sobre todo teniendo en cuenta que la implementación de programas de pregrado más cortos no había sido una decisión fácil de asumir en Chile”, agrega Nora Au, especialmente, por las rígidas estructuras de los sistemas universitarios convencionales y por la necesidad de compensar las graves deficiencias del colegio, con las que llegan muchos alumnos de primer año.
“A nivel nacional, la natural resistencia al cambio, tanto de académicos como de alumnos, ha sido otro obstáculo para innovar en esta materia. Sin embargo, nosotros estamos convencidos de la necesidad y conveniencia de lo que hicimos. Justamente por ese convencimiento nos atrevimos a dar este paso”, sentencia la Vicedecana.

Rompiendo paradigmas

¿Por qué seguir enseñando ingeniería de la misma forma en que se ha hecho durante los últimos 100 años? Esta interrogante fue el punto de partida del proceso de cambio que inició la Facultad de la UDD. Desde hacía tiempo se venía discutiendo en Chile sobre la duración de los programas de estudio de las carreras de ingeniería. Parecía excesivo mantener estudiando a alumnos del siglo 21 por seis años en el pregrado, cuando en países desarrollados los programas se extienden por 5 años o menos.
Al respecto, lograr una postura de consenso no había sido fácil y “crecientemente las facultades de ingeniería del país se han visto enfrentadas a una permanente contradicción. Por un lado enseñan cómo hacer mejor las cosas, incentivando el cambio; pero por otro, son reticentes a su propia renovación. “Sin embargo y a pesar de esta tensión, nosotros estamos convencidos que el camino al progreso pasa por romper paradigmas y, sobre todo, por atreverse a innovar”, añade Nora Au.
Entre los factores que se ponderaron para reducir los años de formación para los ingenieros de la UDD se consideró la empleabilidad de los egresados de la Universidad, lo cual constituye una permanente preocupación institucional, que incluye tanto los tiempos que demoran en ingresar al mercado laboral, como los niveles de renta y posiciones que ocupan los ingenieros en las organizaciones donde se desempeñan. En este sentido, cabe destacar en un reciente estudio de Adimark publicado por el diario La Segunda, la Universidad del Desarrollo aparece como una de las 5 instituciones que mejor prepara en Chile a sus alumnos para el mundo del trabajo.
Como todo proceso innovador -reconoce la profesional- este nuevo plan debió fundamentarse en la exploración, el desarrollo y la selección. Por ello, para su implementación, la Facultad se sometió a un proceso que implicó investigar, reflexionar y buscar. Sus directivos se reunieron con empleadores y empresarios de diversos sectores industriales, y muy pronto se concluyó que las universidades estaban lejos de formar a los ingenieros que se requiere en el mercado actual. “En cada conversación surgió, en forma recurrente, la necesidad de formar profesionales con habilidades complementarias a las técnicas, lo que inspiró el primer pilar fundacional del nuevo plan”, asegura.
Asimismo, la exploración de las principales universidades del mundo permitió constatar que Chile está atrasado en diversos aspectos en la formación superior. Un ejemplo de ello era el periodo de duración de las carreras de ingeniería, pues aunque programáticamente éstas tardan 6 años, la realidad demuestra que los estudiantes demoran bastante más de 7 en graduarse.
En una segunda etapa, el proceso innovador exigió romper paradigmas. “Se sabía que terminar con una tradición de 6 años de carrera provocaría una fuerte resistencia. Para eso se requirió ajustar diversos procesos, opiniones y creencias con el fin de formar ingenieros de excelencia en un lapso acorde con los tiempos de hoy y con estándares internacionales. Si hasta hoy se enseñaba pensamiento lógico, a través de cursos científicos sistemáticamente organizados, con alta exigencia y con ciertas metodologías predeterminadas, ¿por qué no tener la misma aproximación para formar habilidades como el liderazgo o el trabajo en equipos multidisciplinarios?”.

Fundamentos del nuevo plan

Se debía diseñar un programa para formar excelentes ingenieros en lo técnico y, a la vez, prepararlos con altos niveles de habilidades no tradicionales de ingeniería. Así se cumpliría el objetivo de crear valor y aportar significativamente en la formación de los profesionales del futuro.
Pero había un desafío mayor: diseñar e implementar un plan de 5 años, acorde con el estándar mundial, que balanceara la rigurosa formación en ingeniería con una necesaria e innovadora formación en habilidades profesionales o “blandas”.
La tercera etapa de este proceso de innovación debía traducirse en una propuesta. Lo anterior implicaba reformular la estructura del plan y considerar cómo se han planteado las necesidades de un mercado laboral y un contexto industrial cada vez más complejo, cambiante y competitivo. El desafío estaba, por lo tanto, en tener una mirada más contemporánea, que permitiera que la proyección de los egresados fuese mejor que la de antes y, consecuentemente, tener la certeza que ello agregaría valor en forma significativa.
Como resultado, en el nuevo plan se integraron transversalmente habilidades profesionales que permitirían a los nuevos ingenieros incorporarse rápida y cómodamente a equipos de trabajo multidisciplinarios, con una actitud proactiva, altos niveles de iniciativa y una visión global y sistémica. Además, los ingenieros de la UDD contarían con estándares elevados de comunicación oral y escrita, y también con los sellos institucionales de emprendimiento, liderazgo, ética y responsabilidad pública, que a la larga determinan la búsqueda permanente de la excelencia y el amor al trabajo bien hecho, como actitud permanente en la vida.
Asimismo, se incluyó una línea de talleres, que a través de una metodología Hand-on, contribuyen a aprendizajes significativos y a un acercamiento a problemas reales del mundo de la empresa, además de elementos fundamentales de la actualidad, como son las Tecnologías de Información y Comunicación.

Cinco pilares

El nuevo plan de estudio para los ingenieros civiles industriales de la UDD se sustentó en cinco pilares. El primero corresponde al desarrollo y énfasis transversal de las habilidades profesionales o “blandas”. Con esto se persigue la excelencia profesional y marcar una diferencia competitiva al momento de insertarse laboralmente. “La preocupación está focalizada en el emprendimiento y la innovación como actitud de vida, gestión y trabajo en equipos multidisciplinarios, comunicación efectiva (oral y escrita), además del desenvolvimiento fluido en inglés y dominio de TICs”, señala Nora Au.
El segundo pilar se refiere a la vinculación empresarial, objetivo que se desarrolla incentivando y exigiendo a que los alumnos accedan al mundo de la empresa durante toda la carrera y en forma intensiva, a través del desarrollo de redes y experiencias concretas, lo que fomenta adicionalmente la autonomía y fortalecimiento de las habilidades del primer pilar.
El tercero, se refiere a reforzar una permanente actitud de aprender y crecer innovando. La profesional explica que esto significa poner especial atención a los procesos de enseñanza-aprendizaje efectivos, donde el alumno vive la universidad de un modo tal que lo prepara mejor para enfrentar el mundo de la empresa, con espíritu crítico y reconociendo su responsabilidad en agregar valor en todas las actividades en las que participa.
El cuarto pilar implica contar con la oportunidad de elegir una línea de especialización, para profundizar, continuar estudios  y aplicar la ingeniería industrial en áreas específicas de la industria o del mundo del conocimiento. En este caso se puede elegir entre Innovación de Negocios, Gestión de Tecnologías de la Información; Gestión Ambiental;  y Gestión de Operaciones de Salud. Además, es posible continuar estudios de Magíster, luego de terminar el ciclo de los 5 años.
El último pilar tiene que ver con las necesidades de internacionalización de los nuevos profesionales y, para ello, la Facultad se encuentra desarrollando un programa que busca maximizar el número de alumnos que cuenten al menos con una experiencia académica o laboral en el extranjero. Las metas son ambiciosas y por ello se implementará una serie de iniciativas para fortalecer lo que se ha hecho hasta ahora. Finalmente, la Vicedecana Nora Au afirmó que “quienes formamos parte de la Facultad de Ingeniería de la UDD estamos convencidos que los alumnos adheridos a este plan -que comenzó este 2009- están cursando Ingeniería Civil Industrial en uno de los programas más innovadores del país, y que, sin duda, las proyecciones profesionales de los egresados serán significativamente prometedoras”.

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