Flamencos de Chiloé : Pintan de rosa humedal de Putemún

/ 25 de Julio de 2013

Si lo que busca es renovarse y despertar sus sentidos, no lo dude: Chiloé es el destino.
Ubicada en la Región de Los Lagos, la provincia de Chiloé cada día está sacando mayor ventaja a sus atractivos naturales, y la época invernal no es la excepción. Muchos son los turistas que llegan en esta estación, con el único objetivo de ver cómo los cielos y los humedales se cubren de color rosa. Ello tras la llegada, al humedal de Putemún, en la península de Rilán, de los peculiares y bellísimos flamencos rosados.
El arribo de estas aves, que ocurre a inicios de junio hasta mediados de septiembre, es esperado no sólo por los chilotes, sino también por la gran cantidad de turistas nacionales y extranjeros que llegan hasta este apartado territorio insular para conocer en su hábitat natural a estos flamencos que con su plumaje rosado claro posan elegantes para las cámaras de los visitantes.Su figura estilizada por su cuello y largas y claras patas, a excepción de la articulación del tarso que tiene un rosado intenso, presenta algunas zonas más oscuras cerca de la cola; su pico es grande y encorvado hacia abajo, su imponente altura que llega a alcanzar entre un metro diez y un metro treinta, deleita a todos quienes pueden navegar cerca de ellos.
Los flamencos rosados pueden ser vistos en Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Chile. Y también en Uruguay y en el sur de Brasil, pero sólo como  migrador no reproductivo.
Los flamencos rosados pueden ser vistos  en Argentina, Bolivia, Paraguay, Perú y Chile. Y también en Uruguay y en el sur de Brasil, pero sólo como migrador no reproductivo.

En Chile, se encuentra gran cantidad de ellos en los salares de Surire y de Atacama, en la reserva nacional El Yali, en la Patagonia y en la mágica isla de Chiloé.
La experiencia de visitar estos parajes ya es reconocida internacionalmente, así lo destacó el New York Times, al considerarlos dentro de los 45 destinos top del mundo para visitar, dejando a Chiloé en el lugar 37 gracias a su belleza natural y a la diversidad de actividades que se pueden realizar.
Los flamencos son parte fundamental de este atractivo, pero no son los únicos. Otra de las maravillas son los cisnes de cuello negro, que dejan impactados a los visitantes con su capacidad de elevarse por los nítidos cielos del sur de Chile.
Junto a ellas, en Chiloé habitan de manera temporal, ocasional o permanente más de 120 especies, entre las cuales se incluyen aquellas que viven en praderas y bosques ubicados cerca del borde costero, como bandurrias, rayaditos, tiuques, el colorido, chincoles, chucaos, jilgueros y el despeinado Martín Pescador; además de otras especies litorales como la gaviota dominicana, austral y cahuil, el pato quetru, el cisne de cuello negro y el cisne coscoroba; también aves marinas entre las que destacan la fardela gris, el piquero, el pelícano y los gaviotines.
Humedales, aves y cultura
Son variados los factores que hacen de este lugar el hábitat elegido por estas aves: el clima, la topografía propia del archipiélago y, lo más importante que ha permitido que esto se mantenga, los hábitos y respeto de los residentes de Chiloé.
Conscientes de la importancia que tiene este territorio, el Ministerio de Bienes Nacionales en conjunto con los municipios de Castro, Curaco de Vélez, Quinchao y Dalcahue inauguraron una nueva ruta patrimonial denominada  Archipiélago de Chiloé, humedales, aves y cultura.
Se trata de un recorrido, de 180 kilómetros, que considera parte del paisaje insular con su fauna y tradiciones, en torno a los diferentes humedales de la isla, destacando la riqueza que existe en ellos.
El circuito se divide en tres tramos y permite la visita a siete humedales costeros que integran la Red Hemisférica de Aves Migratorias.
El primero comienza en la comuna de Dalcahue visitando Tenaún y San Juan para terminar en el pintoresco pueblo de Dalcahue. El segundo tramo recorre la isla Quinchao desde Curaco de Vélez hasta Quinchao y, el tercero, se inicia en Dalcahue para terminar en Castro. En este último se ubica el humedal de Putemún, donde llegan los flamencos rosados.
Y como el sueño de todo visitante es lograr el mejor acercamiento, un grupo de jóvenes profesionales kayakistas, Chiloexpediciones, quiso compartir su experiencia con los amantes de la naturaleza poniendo al servicio de ellos un atractivo panorama que permite alcanzar una posición privilegiada desde el agua para observar y fotografiar con mayor detalle estas hermosas aves.
En el 2006 nace esta empresa de turismo aventura única que realiza expediciones en kayak por distintos lugares de esta variada geografía para fotografiar y navegar cerca de estas maravillosas aves rosadas.
Federico Lynam, odontólogo de profesión y guía bilingüe, destaca a los extranjeros como los principales visitantes y a quienes ofrecen guías de kayak certificados, equipos y un guía de avistamiento de aves, quien además es fotógrafo.
Por cerca de 30 mil pesos, el visitante puede realizar una expedición al humedal de Putemún, donde se asegura en esta época del año el avistamiento de aves y flamencos. “Esta actividad la realizamos por el día zarpando desde el muelle de Castro, se realiza una visita a los palafitos de la ciudad y nos dirigimos rumbo al balneario de Ten-Ten”. Es aquí donde se toman un descanso de 20 minutos para seguir con la excursión atravesando el fiordo de Castro rumbo a la playa de Quento.
“Es posible en este trayecto encontrar toninas, cisnes de cuello negro, patos silvestres, gaviotas que se alimentan de choritos de una manera muy particular y pelícanos que se sumergen al lado del visitante para atrapar los peces directo de las aguas”.
Al llegar a Quento el destino continúa rumbo al humedal de Putemún, lugar donde el turista se deslumbra con el rosa de estas delicadas aves.
En total esta excursión, explica Federico Lynam, tiene una duración de tres horas, que incluye el guía de kayak-faldon-kayak-remo y cuerda de rescate.
“Aquí no existen barreras físicas entre las aves y el visitante, por ello resulta fundamental el respeto al medioambiente, mantener cierta distancia permitirá no perturbar las actividades de estas aves que llegaron en búsqueda de la tranquilidad que Chiloé les ofrece”.
Si bien toda esta maravilla estaba reservada sólo para los chilotes, hoy se abre al mundo gracias a quienes vieron como un polo de desarrollo turístico el avistamiento de aves. El abogado Jaime Monsalves, amante de la naturaleza y la tranquilidad que sólo encuentra en Chiloé, vivió la experiencia y no duda en recomendarla. “Observar las aves desde tierra es maravilloso, pero navegar junto a ellas, permite disfrutarlas en todo su esplendor”.
Por ello recomienda el acercamiento de manera sigilosa, entendiendo y respetando los tiempos de los verdaderos dueños de estos maravillosos paisajes. Lo ideal, explica el jurista, es salir muy temprano, casi cortando con los remos la bruma del amanecer. La idea es llegar al mediodía al humedal de Putemún.
“Ver como los rayos de sol hacen relucir con su reflejo el plumaje de las aves es algo que es imposible transmitir, sólo me queda extender la invitación para vivir la experiencia de estar cerca y verlos volar sobre tu cabeza”.
Para disfrutar al máximo de su estada en Chiloé no se requiere ser un avezado deportista, ni tener muchas habilidades físicas, basta con saber nadar y acatar las instrucciones de los experimentados guías, pero no olvide que debe contar con ropa adecuada y calzado impermeable que le brinden abrigo y confort para evitar las lluvias y bajas temperaturas que fluctúan entre los 2º y 12º Celsius.
Otro factor que considerar antes de tomar cualquier tour, es consultar por las fluctuaciones de mareas cuyos ciclos son de seis horas entre la marea alta o pleamar y marea baja o bajamar. La información aparece en la prensa local, capitanías de puerto o consultando a los lugareños que en su mayoría determinan sus labores cotidianas en torno a la subida y bajada de las aguas. No olvide llevar lentes larga vista y una cámara fotográfica que le permitirá inmortalizar el recuerdo. Recuerde, si lo que busca es renovarse y despertar todos sus sentidos, no lo dude más, Chiloé es el destino esperado.
Cómo llegar:
Puede hacerlo vía aérea, llegando al aeródromo de Mocopulli, ubicado en la comuna de Dalcahue, o bien llegando a la capital de la Región de Los Lagos en Puerto Montt, donde puede desplazarse vía terrestre hasta llegar a Pargua, donde los transbordadores cruzan por el canal de Chacao.
Una vez a bordo podrá disfrutar de las toninas, o delfines chilenos que, a veces, nadan junto a la embarcación al igual que los lobos marinos y diversas aves que harán que este cruce de 30 minutos sea inolvidable, para finalmente llegar a la maravillosa isla Grande de Chiloé.
En Chiloé encontrará una rica gastronomía y una tierra fértil de innumerables tradiciones, mitos y leyendas que llenan la imaginación hasta del más incrédulo que reconoce como la fuerza de la flora y la fauna se confabulan para llenar de magia el imaginario colectivo de su pueblo.
 Por: Nélida Rovagna Johns / Fotografías: Carlos Gallegos Palma.

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