Hacia la verdadera paridad

/ 1 de Octubre de 2007

Este mes, la Presidenta de la República enviará al Parlamento un proyecto de ley que estimulará la paridad política entre hombres y mujeres, tanto en cargos de representación popular como de responsabilidades públicas.
Se habla de incluir un apoyo financiero para aquellos partidos que cumplan con el piso de candidatas que por ley deberán presentar a las elecciones municipales y parlamentarias. Así también, se establece que este incentivo económico disminuiría cuando no se acate la cuota la establecida.
De aprobarse esta moción del Ejecutivo en el Congreso por primera vez nuestro país tendrá una ley de cuotas que viene a formalizar todas aquellas intenciones manifestadas por los distintos gobiernos de la Concertación para promover la participación de mujeres en instancias de representación política. De esta forma, Chile también se sumaría a otras iniciativas de países latinoamericanos que han creado normas para propender este tipo de discriminación positiva.
La experiencia demuestra que en las naciones donde se han implementado leyes de cuotas o de cupos la participación femenina en política efectivamente ha aumentado y Cuba y Argentina son un buen ejemplo en la materia.
En 1991 los argentinos instauraron una Ley de Cupos para asegurar que un 30% de todas las postulaciones a cargos de elección popular fueran ocupadas por mujeres. A más de una década de ello, este país ostenta el primer lugar en Latinoamérica, según un ranking establecido por la Unión Interparlamentaria en paridad entre hombres y mujeres en el Parlamento.
Sin embargo, también hay casos, como el de Brasil, donde una ley de cuotas no ha surtido los efectos esperados lo que se refleja en la pobre posición (penúltima, incluso más abajo de Chile) que ocupa en el ranking ya mencionado, pues, entre otros factores, la norma no fija penalizaciones ante el no cumplimiento de la cuota.
De allí que en Chile, además de bogar porque el proyecto de ley de cuotas sea aprobado por nuestros parlamentarios, debemos buscar la forma en que los partidos políticos apoyen efectivamente las postulaciones de sus candidatas y no se limiten a llenar las listas con nombres sin posibilidad alguna de elección para cumplir con lo que obliga la ley.
Lo anterior requerirá que las distintas coaliciones inicien una búsqueda de las mejores mujeres –tanto en competencias como en compromiso social- para construir el país que los chilenos quieren. Y esto a su vez necesariamente los obligará a desviar sus miradas hacia candidatas en potencia que respondan al perfil buscado por los electores, aunque esto implique ver más allá de sus filas e intereses partidistas. Sólo de esa forma avanzaremos hacia la verdadera paridad.
Pamela Rivero | Editora General

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