HILOS DE SUSTENTACION PARA LA FLACCIDEZ FACIAL

/ 20 de Abril de 2008

El paso del tiempo lleva a la formación de líneas de expresión causadas específicamente por la menor producción de ácido hialurónico, colágeno y elastina, todos ellos elementos esenciales y nutritivos de la dermis en la piel.
Disminuye también la elasticidad, produciendo flaccidez que es acentuada por la fuerza de gravedad. Cuando ésta es leve puede ser estéticamente molesta, pero aún no requiere de cirugía plástica, porque produciría una sobre corrección dejando un rostro poco natural, rígido y artificial.
Hace 9 años, dos médicos rusos, Marlen y George Sulamanidze inventaron y patentaron unos hilos de material de sutura (polipropileno que se usa para suturar las heridas quirúrgicas) a los que les hicieron unas espículas para que al introducirlos bajo la piel se engancharan en ella y que al tensarlos elevaran el tejido caído, solucionando así la flaccidez de la zona a tratar.
Han transcurrido muchos años después de este invento y como tal ha sido estudiado, observado y criticado por los pares, hasta aceptarlo y mejorarlo. Existen muchos detractores de esta técnica, especialmente médicos proclives a una solución más radical por medio de una cirugía más agresiva, con riesgo de complicaciones y no indicadas para casos leves a medianos.
Hoy contamos con hilos de sustentación de diferentes marcas. Incluso hay algunos realizados por aficionados en su casa que con un bisturí le hacen espículas a un hilo de polipropileno número 0 para luego esterilizarlos, antes de aplicarlos, lo que ha llevado a un desprestigio de la técnica.
La calidad de los hilos empleados y la experiencia del profesional que los aplica son los dos factores fundamentales para un buen resultado. Es una garantía para el médico y para el paciente basarse en los estudios científicos comprobados de las empresas fabricantes. Sólo se debe utilizar material sobre los que exista certificación de calidad.
En mi experiencia profesional he tenido muy buen resultado con los hilos reabsorbibles que se aplican con anestesia local, sin riesgo, en forma ambulatoria, que dejan casi nada de moretones y que permiten que la paciente se reintegre a sus actividades al día siguiente.
Son fabricados en Italia con las normas del mercado común europeo. Vienen estériles, de diferentes longitudes y con las espículas dimensionadas y estudiadas en cuanto a la distribución en el largo del hilo.
La técnica es indicada para pacientes con tejido hipotónico (fláccido) leve a moderado y para dar volumen. Se recomienda para los casos de flaccidez facial leve a mediana, para producir aumento de volumen en los pómulos, para atenuar la papada incipiente, el abdomen con pequeña flaccidez y los muslos fláccidos. Pero también para los pacientes con miedo a la cirugía convencional y a los que presentan contraindicaciones a la anestesia general. Finalmente, las zonas donde se recomienda y se aprueba su uso son la supraciliar (sobre las cejas), mandibular, cuello, glúteos y abdomen.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
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