Identidad Regional ¿La tenemos?

/ 18 de Junio de 2011

Descubrir cuál es la identidad de nuestra región o ciudad es una tarea que ha convocado en varias oportunidades a quienes sentimos un apego por nuestras raíces, mal que mal, es en esta zona donde nuestros antepasados dejaron su huella y es altamente probable que nuestros hijos continúen por estos territorios cuando hayamos partido.
Recientemente, un estudio revelaba que no existe una identidad de región clara. Esto tiene bastante sentido, pues nuestra división geopolítica no necesariamente representa a una cultura distintiva. Si comparamos esto, por ejemplo con España, vemos que sus provincias reflejan culturas diferentes y fácilmente identificables. Vascos, andaluces, catalanes y castellanos gozan de importantes distinciones en sus principales actividades económicas, en su gastronomía, referentes motivacionales e incluso en su idioma.
Lo anterior nos lleva a pensar en la identidad regional más allá de la idea tradicional o geopolítica, y desde ahí el mejor punto de partida parecen ser los territorios de planificación definidos por el Gobierno Regional, los que en su mayoría reflejan elementos comunes en sus habitantes y costumbres que los identifican. Esto es fácil de reconocer en los territorios Pencopolitano, Arauco, Valle del Itata, Chillán y Bíobío (cordillera y centro).
Si nos enfocamos en el territorio Pencopolitano, en un siglo ha transitado de ser un epicentro agrícola a una metrópolis de servicios, pasando por ciudad industrial, portuaria y universitaria. Esta personalidad múltiple ha tenido enormes impactos en la identidad de la ciudad y sus habitantes. Podemos decir entonces que esta identificación está en un permanente proceso de construcción y que su futuro dependerá de la gestión y orientación que imprimamos a nuestro acervo cultural, histórico, social y económico, todos ellos estrechamente interrelacionados.
Concretamente, planteo que nuestra identidad -e imagen- no puede ser algo que se genere de forma espontánea. Deben existir voluntades para gestionar un plan estratégico que la potencien y orienten hacia ciertos objetivos, que generen campañas de posicionamiento territorial más allá de nuestras fronteras, beneficiándonos con importantes retornos sociales y económicos.
Algunos de los desafíos más importantes en esta materia son: mejorar la defensa de nuestro patrimonio arquitectónico mediante acciones como incluir en los planos reguladores un sello identificador, tal como sucede en La Serena y Pucón; preocuparnos más de nuestra historia local y de cómo ha influido en los destinos de la nación; y fundamentalmente, ponernos de acuerdo en priorizar si seremos una región plataforma de servicios, región de emprendedores, ciudad de convenciones o ciudad universitaria. Cuando todo es importante, nada es importante.
Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás
Concepción

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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