La importancia de ventilar nuestro hogar

/ 24 de Julio de 2021

Hoy, más que nunca, airear nuestras casas es fundamental. No solo para evitar enfermedades y mantener el aire limpio dentro del hogar, sino también como una forma “de regular la humedad intradomiciliaria que puede afectar nuestra salud y dañar la estructura del inmueble”, sostiene el prevencionista de riesgos de Santo Tomás, Jorge Salgado.

Jorge Salgado, asesor de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente de Santo Tomás sede Concepción- sede Los Ángeles.

Todos sabemos sobre los múltiples beneficios que implica para nuestra salud ventilar nuestras casas. No obstante, con la llegada de los fríos invernales, son muchos quienes deciden abandonar esta saludable práctica para no alterar la agradable temperatura interior.

Sin embargo, es en esta temporada, periodo en que pasamos más tiempo dentro de nuestros hogares, cuando cobra mayor importancia el airearlos adecuadamente. Más aún si consideramos que durante 2020 (y varios meses de este 2021) hemos pasado gran parte de nuestro día a día encerrados en casa y, en muchos casos, conviviendo con varias personas las 24 horas.

“Renovar el aire al interior de nuestras viviendas es esencial para mantener un entorno saludable”, enfatiza Jorge Salgado, asesor de Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente de Santo Tomás sede Concepción y sede Los Ángeles.

Y así es, pues ventilar nuestros espacios a diario y de la manera adecuada, permitiría mantenerlos libres de virus y bacterias; minimizar alergias, infecciones y enfermedades respiratorias, y oxigenar los ambientes, eliminando el exceso de CO2 acumulado. “También se consigue reducir el polvo y las partículas en suspensión; regular la humedad que en este tiempo se genera en los espacios oscuros, cerrados y fríos, y que provoca la aparición de moho en muros y techos, y eliminar los malos olores, que son arrastrados por las corrientes de aire que ingresan al abrir puertas y ventanas”, detalla el prevencionista de riesgos.

Cómo ventilar adecuadamente

Pero para obtener todos los beneficios que involucra airear nuestra vivienda, es fundamental hacerlo de la manera correcta, comenzando por ejecutar esta medida a diario, ojalá varias veces al día, y por un periodo no menor a 15 minutos cada vez.

Salgado afirma que el mejor momento para ventilar la casa es a primera hora de la mañana, apenas sus moradores se levantan, de modo de renovar el aire que ha estado encerrado en los dormitorios durante la noche. Sin embargo -reconoce- muchas veces las bajas temperaturas de esta temporada desincentivan a las personas de realizar esta acción. “Si no se quiere enfriar los ambientes tan temprano, se puede ventilar cerca del mediodía, cuando la temperatura es más agradable. Además, es importante entender que no basta con abrir las ventanas, sino que también deben correrse las cortinas, de modo que la luz y el calor del sol penetren en las habitaciones, pues sus rayos desinfectan los espacios, al eliminar algunos microorganismos”.

El profesional también destaca la importancia de la ventilación cruzada, que involucra abrir puertas y ventanas ubicadas en extremos opuestos de la habitación o de la vivienda, de modo de generar corrientes con flujos realmente eficientes a la hora de renovar y purificar el aire intradomiciliario.

“Esto es especialmente importante en medio de esta pandemia. Debemos ocuparnos de mantener los espacios ventilados, limpios y sanitizados, sobre todo ahora que sabemos que los aerosoles, esas gotitas muy pequeñas que uno exhala y que quedan suspendidas en el aire, son la principal vía de contagio del Covid-19. Por ello, hoy más que nunca, la correcta ventilación de los espacios es fundamental. Solo así podemos evitar contagiarnos con el virus que podría estar presente en los espacios cerrados”, enfatiza.

Malas prácticas que favorecen la humedad

 

Para contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de las familias, también es importante prevenir la aparición de humedad al interior de la vivienda, un desafío que está muy relacionado con el fenómeno de la condensación. “La humedad por condensación ocurre cuan do el vapor de agua contenido en el aire se transforma en líquido al entrar en contacto con superficies frías”, explica Salgado, añadiendo que se trata del vaho que notamos en las ventanas cuando afuera hace mucho frío, o las típicas gotitas que vemos, por ejemplo, en el techo del baño tras ducharnos o en la cocina al tener por mucho tiempo una olla hirviendo.

“Esa humedad, que se acumula al interior de las casas, sobre todo en los espacios más fríos y oscuros, puede generar problemas de salud para sus moradores, y a largo plazo, daños a la estructura de la vivienda”. Sin embargo, enfatiza el profesional de Santo Tomás, la solución es simple: ventilar.

Pero como siempre es mejor prevenir que curar, podemos librarnos de estos problemas y complicaciones evitando algunas malas prácticas, como secar la ropa al interior de la casa, cocinar con la olla destapada y/o las ventanas cerradas; no airear el baño inmediatamente después de ducharse, o hacerlo sin encender el extractor de aire, o no secar la humedad acumulada en las distintas superficies. “Aquí nuevamente cobra importancia el ventilar, ojalá de manera cruzada y abriendo las cortinas, de modo de no entorpecer el flujo constante de aire”.

También es una buena idea no mantener las camas y otros muebles pegados a muros o ventanas, recoger las cortinas para que el aire llegue a los rincones y, al momento de ventilar toda la vivienda, abrir los closets para que también en esos espacios haya circulación de aire.

“Es cierto que en invierno es más incómodo ventilar, pero debemos hacerlo, pues es fundamental renovar constantemente el aire al interior de las habitaciones, de manera que siempre esté limpio y sea beneficioso para nosotros”.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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