La revancha de Miguel Barriga

/ 28 de Febrero de 2012

El líder de Sexual Democracia nunca estuvo muerto ni anduvo de parranda, y lo dejó muy claro tras su reciente participación en el Festival del Huaso de Olmué, donde obtuvo el segundo lugar ante un público en llamas que pedía el primero.  Hoy alista nuevos proyectos como solista y prepara el 25° aniversario de su banda emblema, Sexual Democracia, aunque a estas alturas del partido no se enrolla con lo que pase. “Antes no, si no pegabas en la radio estabas sonado. En cambio, ahora tienes mp3 y te puedes dar a conocer altiro”, asegura con una gran sonrisa.

La última jornada del Festival del Huaso de Olmué es uno de esos momentos que el músico y comediante Miguel Barriga Barra difícilmente olvidará. El jurado daba a conocer los nombres de los ganadores de la competencia, esta vez dedicada a versiones que homenajearan a Violeta Parra. El autor de “Profanador de cunas” competía con “El Sacristán”
Parado en el escenario, su satisfacción no fue tanto por haber obtenido el segundo lugar, sino por escuchar cómo el público del Patagual, enfervorizado, gritaba “¡injusticia!”, pues esperaba que le dieran el primer premio. Sin embargo, lejos de polemizar, manifestó sus respetos a la banda triunfadora -La Guacha, con “Arriba quemando el sol”- pues sus anhelos personales eran otros.
“Ya haber llegado a esta fase me pone muy feliz”, dijo a los medios en la oportunidad. “Espero con esto, humildemente, ya no tener que hacer más casting”.
Aquel apoyo y la transmisión por televisión abierta a todo el país, parecían representar una justa recompensa a años de regresos inciertos, indiferencia de los medios y frustraciones. Porque antes de empezar a pasarlo mal, Miguel Barriga fue, a comienzos de los 90, el líder de una de las bandas más famosas del país, que en 1992 triunfó en el Festival de Viña del Mar y llegó a vender 100 mil copias de su disco “Buscando Chilenos”. Y que, lejos de haber estado muerto o haber andado de parranda, nunca paró de trabajar: hasta hoy suma -tanto en su carrera solista como con su grupo- 13 discos grabados y un DVD (sin contar compilaciones o grabaciones de espectáculos humorísticos).
Hoy Miguel -o “El Miguel”, como es su apodo en solitario- suma diversos proyectos a desarrollar en las dos principales facetas de su carrera: la actuación (a través de películas o en teatro de comedia) o como músico (especialista en el género de creación personal que él denomina “popklor”).
“En la parte solista quiero vivir decentemente de lo que hago. Creo que durante todos estos años ya mostré todas las habilidades que tengo, así es que quiero reunir el trabajo popklórico tomando canciones antiguas y nuevas que incluyan a ‘El sacristán’, por supuesto”, cuenta el cantante, que presentará su espectáculo, “Miguel Barriga Parra, con todo el popklore chileno” todos los miércoles de marzo en el capitalino bar-restorán La Chimenea
Desde su lado como comediante, Barriga también se mantiene activo. Aunque cultiva esta faceta desde los 80, cuando era estudiante de Ingeniería Comercial en la Universidad Austral, en Valdivia (de hecho, fue en los café concert que organizaba que nació “Sexual Democracia”), el gran público recién lo pudo apreciar durante su incursión en la pasada temporada del programa “Talento Chileno”. Allí, los resultados fueron disímiles para el artista: su primera rutina, en la que caricaturizaba al baladista Ricardo Arjona, fue muy bien recibida por el jurado. Sin embargo, su segunda participación, “La Pajamblea” -que parodiaba una asamblea universitaria de los 80- no logró la misma apreciación.
Barriga terminó siendo eliminado del espacio. Lejos de echarse a morir, aprovechó la cobertura en rating y redes sociales para realizar una temporada completa en un teatro de Santiago con su obra “El Apitutado”, donde reunió sus mejores monólogos de café-concert como “After Office”, “Cómo sobreviviste a los ’80, los ’90 y los 2000” y “Humor Sureño”.
-Actualmente, Sexual Democracia promociona su nuevo disco “Buscando Chilenos 4” ¿Qué más se viene con la banda? 
-Con ellos tengo proyectos a corto y largo plazo que ya vienen corriendo. De aquí a dos años más hay que celebrar los 25 años, y quiero ordenar un poco el catálogo para los fans. Entonces, qué quiere un fan, tener “Los Chicos Buenos”, el Buscando Chilenos 1, 2, 3, 4, toda la discografía en una sola caja o en un formato que permita tener todo. Entonces, ése es un trabajo arqueológico que debo hacer con las respectivas licencias correspondientes y dejarlo en un formato muy artístico. Que el fanático tenga, además, los DVD y videos que nunca había visto en su vida. Yo creo que todo eso lo iré sacado en dos tandas: primero, una etapa que va desde los 80 a los 90, y luego otra que recorra desde los 90 al 2000. Ese es el proyecto más ambicioso de Sexual Democracia, por ahora.
-¿Te dio rabia obtener el segundo lugar en la competencia del Festival del Huaso de Olmué, tras el apoyo que obtenías del público y toda la preparación que hiciste?
-Acá nosotros llegamos con un grupo muy competitivo, y se notaba en la puesta en escena y en lo que el público escuchó. De hecho los arreglos del maestro Miranda eran arreglos monstruosos, apabullantes; Juan Núñez en la guitarra es muy bueno. O sea, iba muy bien preparado… digno de Violeta, Violeta no sólo se habría retorcido en la tumba, se habría cagado de la risa, habría preguntado qué están haciendo con mi sacristán, detengan a éste. Ahora, el público del Festival del Huaso es un público que sabe mucho de folklore, escucharon a los Huasos de Algarrobal con mucha paciencia porque saben quienes son, saben quienes son Los Jaivas, también conocen parte de mi carrera, entonces el gusto de ellos es importante, porque no es un público desconocedor, populachero, que tú los vayas a divertir. Yo respeté la línea melódica de Violeta, la estructura de la canción, la polca y tomé clases de canto. Entonces, la gente entendió perfectamente el esfuerzo de tocar la canción, de reconocerla, y también de disfrutarla. Así es que yo quedé contento con eso.
-De todas formas, algunas malas lenguas me contaron que la sensación que existió en tu equipo fue de sospecha, por cuanto un integrante del jurado pertenecía al sello de La Guacha, la banda ganadora del primer lugar ¿Qué hay de eso?
-Bueno, pueden existir segundas lecturas del jurado; pero también hay gustos totalmente distintos, inclinaciones diferentes. Yo me voy muy operado de eso, yo estoy feliz por la respuesta del público y que le haya gustado también a Isabel (Parra), que la vi ahí y que se rió. Lo otro es que yo tengo algo de Parra (ríe) tengo familia Parra, así es que me sentí muy bien.
La bronca tras “Talento Chileno”
-Tú presentaste “La Pajamblea” en el programa Talento Chileno, pero terminaste descalificado ¿Qué pasó allí?
-En Talento Chileno quedé picado con mucha gente, porque los compadres dijeron que no se entendió y no sé qué.
-Esa fue la crítica que hizo Antonio Vodanovic, de hecho. 
-Sí, pero no tanto Vodanovic o el jurado, porque la verdad es que ellos no estaban preparados para esa rutina, porque no era la pactada tampoco. Yo estoy enojado con los que se dicen mi público o los que en determinado momento siguen tu carrera. Si hubiese hecho otra cosa sería como traición, pero yo hice algo totalmente de acuerdo a lo que he estado haciendo siempre.
-Sin embargo, tus rutinas marcaron alto rating. O sea, público tuviste.
-Claro, pero algunos incluso se cuestionaron si yo era gracioso o no, cachai.
-Depende cómo te lo hayan dicho. En las redes sociales hay harta gente ociosa…
-A ese tipo de “ladillas cibernéticas” yo no las pesco, no es mi público. De hecho tengo un webmaster que se encarga de la cuestión y al que le pido que por favor me pase sólo lo que diga contratos, porque en la red ya tuve mi tiempo, le regalé harto espacio de mi vida y ahora aprovecho ese espacio para jugar con mi hija, hacer temas. Pero fue muy injusto el trato. Que me cuestionen si yo soy gracioso en el humor es como que me pregunten si soy afinado o no. Yo vengo afinado y ya soy gracioso, ¿ah? Tú no tienes por qué cuestionar si Violeta Parra hacía arpilleras o si hacía poemas, yo soy artista, cachai.
-A lo mejor el tema va en que el lenguaje de la televisión es distinto a estar en un café concert. Tal vez ahí podrías hacer una autocrítica, en el sentido de haber llegado con una rutina más segura para el lenguaje televisivo.
-Es que los que a mí me quieren deben saber que yo no soy un personaje de televisión, porque ya no lo fui. No soy de televisión, yo soy Miguel Barriga Barra no más (…) a lo mejor yo puedo hacerlo o no puedo hacerlo (una rutina para tv), pero no era necesario que te pegaran la descalificada así como diciendo “éste no le pega”.
-Pero cuando hablas de descalificaciones ¿te refieres al jurado o al público?
-No, no, si de repente en la misma calle me encuentro con tipos que me dicen “oye, pucha, me gustabai cuando tú eras de Sexual Democracia, y lo que estai haciendo ahora nada que ver”. Yo les digo “compadre, yo hago lo que quiero. Segundo, no te he visto en ninguna tocata”. Me habrá escuchado hace unos veinte años y no tiene idea que seguí.
-¿Es verdad que le regalaste un DVD con “La Pajamblea” a Camila Vallejos?
-Exactamente. Yo fui a una reunión del Confech en Valdivia, a apoyar como en los viejos tiempos y a tocar unas canciones. Estuve tocando para los chicos que estaba afuera, porque la “pajamblea” de ellos era larga, y luego fueron tan buena onda que me invitaron para la noche a un pequeño cóctel, y ahí aproveché de regalarle el DVD a la Camila.
-¿Y le preguntaste después que le pareció?
-Tiene que haberla visto, porque el título ya le gustó. Ella es muy menudita, muy preciosa (empieza a imitar la voz de la dirigente argumentando)… y tú escuchas así a esos ojitos compadre y dices “estamos de acuerdo, a qué hora es el paro, pero vamos, vamos, vamos” (ríe). Eso no lo tuvimos en los 80. Pero no era el momento de lucirme ahí o de haber actuado en vivo “La Pajamblea”, la tengo bien grabada en el DVD. “La Pajamblea” nació justamente en un gran paro que hicimos nosotros en la Universidad Austral por el 86 u 87, que duró aproximadamente 70 días, y que empezó pero muy fuerte, muy aguerrido, pero que después, en los últimos días, ya estábamos eligiendo a la Miss Paro y así nació Sexual Democracia.
Sexual Democracia
-Leyendo la historia del grupo me entero que en 1997 viajaste a México a aprender de Mario Gutiérrez – guitarrista de Los Ángeles Negros – la forma de trabajo de las “bandas gruperas” ¿Cómo fue esa experiencia?
-Antes de Mario, nosotros íbamos con toda la banda, pero en forma muy desordenada. Entonces, conocí a Mario Gutiérrez y empecé a aprender mucho. Un día le pregunté “¿Mario, si tú pudieras ahorrarme quince años de sufrimiento con tres palabras, lo harías?” Me respondió: “en dos palabras: no firmes” (ríe). Iba a tener un contrato con un sello allá que me iba agarrar todo el repertorio. Mario me ayudó mucho a sobrevivir en México. Poco a poco yo también fui aprendiendo la forma cómo él (junto a Los Ángeles Negros de México) se iba en una van a tocar a un pub, luego en otro lado a un cumpleaños, después a un bailable y así seguía. Ese es el método del camino rutero. De hecho, hablando después con Los Jaivas, el Claudio me decía: “mira, conocimos un lugar donde estuviste tú”. La primera hornada de Los Prisioneros, en los 80 pasó sólo por las grandes ciudades. Sexual Democracia en los 90 pasó por todos los pueblos chicos. En cada lugar la mitad de los equipos eran nuestros, la otra mitad, de la iglesia, de la municipalidad, etc, tenías que armar desde todos lados para hacer esas tocatas. Y hay tocatas que realmente fueron bonitas y hermosas.
-¿De ahí salió la inspiración para mezclar corrido mexicano y rock en temas como “Telecebolla” del disco “Sudamerica Suda”?
-Sí, es de 1993. Esa era una mezcla de ranchera con ska, y el ska era tipo Pericos, con quienes fuimos muy contemporáneos, a mí me gustaba mucho el ska. “El Sudamérica Suda” tenía eso, que abrió un poquito el espectro, por eso tiene música andina, cumbia mexicana, cumbia. Pero, lamentablemente para nosotros, justo ese año salió, también con un tremendo apoyo discográfico y muy buena producción un acierto, Café Tacuba, con “La Ingrata”. Y parecía que nosotros les hubiésemos copiado, pero fue contemporáneo no más.
-Con la perspectiva del tiempo ¿por qué ese disco no logró causar el impacto en popularidad y ventas que tuvieron los otros, cuando se suponía que los llevaría a la consagración?
-Bueno, los discos anteriores, Buscando Chilenos 1 y 2 tenían chistes, cada disco era distinto. Por ejemplo, el “Chicos Buenos” es contingente y tiene algunas cosas políticas, por la época, era 1988. El “Buscando Chilenos 1” tiene la búsqueda de la identidad chilena, buscando qué somos, por eso incorpora algunos ritmos chilenos como la guaracha. “El Buscando Chilenos 2” va más a la raíz, por eso tiene cosas de Quelentaro, Mapudungún, etc, Y “Sudamérica Suda” era el gran paso que había que dar, el exterior. Ya habíamos recorrido Chile y había que salir a Latinoamérica. Empecé a investigar el tipo de música que hay, y también una temática que no fuera solamente chilena, sino que también abarcara a toda Latinoamérica. Y me rallé, leí unos libros tipo “Fundación” de Isaac Asimov, a Gabriel García Márquez, a Mampato, harto comic, entonces la gente no me cachaba esa onda comiquera. Cuando saqué ese disco, con esa temática, la gente no entendió, “¿Cuál es el chiste?” preguntaban. Yo creo que hubo una mala elección de los primeros singles, porque estábamos investigando las nuevas tecnologías, y los videos eran muy quietos. Todos decían “Qué onda en que volá se fueron” (…) El disco fue un fracaso discográfico para el sello por la cantidad de plata que se invirtió y por la cantidad de recursos y tiempo que invertí yo.
-La vara había quedado muy alta además, 100 mil copias había vendido “Buscando Chilenos”.
-Claro, y no vendió, y ya el sello estaba muy enojado porque no habíamos vendido. Entonces, en respuesta a ese se hizo “Hueveuz”, como diciendo, ya, quieren hueveo, y ese otro fue hecho con piscola, po (risas). Además, en el otro se peleó mucho internamente, porque algunos no querían tocar cumbia, otros no querían tocar otra cosa, hubo muchas discusiones y fue muy desgastante para mí.
-Eso me llama la atención, porque ustedes y Joe Vasconcellos, de alguna forma, fueron los pioneros de todo este movimiento que hay ahora conocido como Nueva Cumbia Chilena o Cumbia Rock Chilena, con exponentes como Chico Trujillo, La Patricio Cobarde, etc. 
-Eso lo hicimos el 93, pero con hartas peleas internas. A mí me gustaba, pero a los otros chicos no tenía por qué gustarles esta locura. Además el sello nos decía ”Pero cómo ¿ésta canción la canta Luisín Landáez?” (invitado a participar en el disco). No es como ahora cuando tú invitas a quien quieras. El último tema que hice con La Sonora Palacios (“La cumbia del casamiento”, del “Buscando Chilenos 4”) fue una delicia… ¿por qué? Porque fue “maestro, una versión para usted, otra versión para mí”, y así. Ellos tocan la parte cumbia, nosotros la parte rock. Esa fue una cumbia mía, que yo hice y que a él gustó. Para mí eso fue muy agradable. En cambio, cuando hicimos “Macondo” con Luisín, nadie tenía idea qué iba a pasar. Al final, para algunas radios quedó muy rockera; por otro lado, la Concierto nunca había tocado una cumbia, entonces el tema estuvo guardado siete años hasta que llegaron las radios tropicales como la Nina, Corazón, etc. Lo de ser pionero no lo disfruté en ese momento, más bien la sufrí; ahora la gozo.
-Después de ese disco, en 1998 llegaron las vacas flacas: estuviste desempleado, la gente ya no preguntaba tanto por Sexual Democracia y volviste a tocar en pubs de Valdivia ¿Fue muy dura esa época?
-Sí. Triste. Por eso yo quiero tanto a mi ciudad, porque igual me daban peguitas en algunos pubs, iba gente a verme, tocaba… pero imagínate, no tenía Internet. Cuando apareció Internet fue mi salvación, cuando me dije ya, voy a hacer una página. Porque todos te preguntaban, “¿Qué fue de ustedes?”, no tenían idea de ti ni por la tele, porque no tenía acceso a la tele, no tenía acceso a la radio, no hallabas cómo promocionar tu tocata, decir “estoy vivo”. Saqué un disco, el “Buscando Chilenos 3”, pero nadie lo estaba cachando; vengo recién llegando de México, aprendí ene cuestiones. Sin embargo, ahora estaba en un pueblito chico. Y durante el año, en invierno, tocando en los pubs de por ahí. Y lo otro es que mucha gente no me cachaba, entonces tampoco existía más o menos el respeto como para escuchar a alguien que estaba cantando cosas propias. No es como ahora, que si llego y el tipo no cacha lo que toco me da lo mismo, es pega de él (ríe).
-¿Cómo ves a la actual escena musical? ¿Es más fácil o difícil que antes?
– A mí me gusta toda la música, valoro a los que hacen tributos súper bien y me encanta la alegría de los cumbieros-rockeros, el año nuevo me las bailé todas. Mis referentes (en la juventud) eran otras bandas que eran grandes, y que yo las envidiaba de puro pendejo que era: La Ley, Los Tres, Los Prisioneros. Las bandas de ahora se encuentran con un mercado que ojalá nosotros hubiésemos tenido. Por ejemplo, cuando estaba en provincia tenía que pelear por un retorno, pedir que los micrófonos fueran de tal marca, nunca te colocaban un sub bajo, en fin, condiciones mínimas para tocar. En cambio ahora, ya se parte de un nivel. Entonces, te da como una sana envidia porque ya tienen más medios y pueden aprovecharlos. Antes no, si no pegabai en la radio estabas sonado. En cambio, ahora tienes mp3 y te puedes dar a conocer altiro. Ahora, hay mucho más, muchos más medios. Hay más tiendas de instrumentos, escuelas de rock, institutos de música, si tú quieres sacar una canción no tienes que esperar a que la den en el Magnetoscopio… Youtube no más y ves el video altiro (…) Entonces, lo que más cuesta ahora y lo que están peleando es diferenciarse, cómo te diferencias del resto. Yo, gracias a Dios, ya vengo diferenciado (Ríe).

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