Un sondeo realizado por el Centro Auditivo Gaes determinó que un 56 por ciento de los chilenos está sometido a ruidos molestos que perturban su trabajo.
Los ruidos molestos son los sonidos generados por audífonos, volumen alto de pantallas u otros aparatos electrónicos; el sonido ambiental con estridencias, timbres del teléfono y alarmas, así como los gritos entre las personas, los que provocan una pérdida de la eficiencia porque intervienen en la concentración.
Ello porque cualquier tarea que requiera de información auditiva puede verse perjudicada por el ruido, que disminuye la productividad y la creatividad. Asimismo, los trabajadores expuestos a fuertes sonidos por tiempos prolongados pueden padecer estrés y están vulnerables a enfermedades como la hipoacusia o disminución del nivel de audición, dolor de cabeza y cansancio. El momento de consultar a un especialista es cuando el ruido provoque irritabilidad o dificulte su concentración. La situación es más complicada si ya presenta problemas para escuchar a los compañeros de trabajo a menos de un metro de distancia o necesita ver a la cara a otras personas para entender lo que hablan.