Metro a Concepción

/ 25 de Marzo de 2019

Cada vez que viajo a Concepción me interno por sus galerías del centro que, al igual que en Santiago, son una aventura de colores, neones, objetos, marcas y personajes que te permiten viajar al pasado y conectarte con momentos clave de tu infancia.

Iván Poduje Capdeville
Arquitecto y Magíster en
Desarrollo Urbano UC

En Concepción hay una doble razón para que las galerías sean tan usadas. La lluvia es cosa seria, lo que las transforma en un lugar ideal para comprar o divertirse cuando el clima está bravo, complementándose con las cornisas de los edificios o las tulipas “atrapa agua” del paseo Barros Arana.

Tener un Metro en Concepción lograría un efecto parecido. Además de todos sus beneficios en materia de movilidad sustentable y de inyección de demanda al subutilizado Biotrén, un tren subterráneo sería una opción ideal para viajar bajo la lluvia, como cuando se camina por una galería y, por lo mismo, sus estaciones deben ser vistas como un espacio donde también es posible encontrar libros, tiendas, comida y buenas obras de arte en murales o cielos, como la maravillosa galería del Centro Español.

El Metro es una obra de altísimo costo que debe justificarse por su demanda de transporte. Los estudios preliminares indican que esta variable está resuelta en la capital regional del Biobío, lo que debe comunicarse a las autoridades. Pero también debe considerarse el efecto que producen las estaciones de Metro en su entorno, operando como verdaderos imanes que atraen nuevos comercios, servicios, oficinas o población flotante que activa los barrios. Ello permitirá reforzar polos consolidados, como la Plaza de la Independencia o los Tribunales, y potenciar otros, como la Plaza Perú, donde además del flujo de la universidad y del hospital, se podría detonar una potente renovación urbana en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda, extendiendo el centro hacia este magnífico eje vial.

Otra zona que debiera verse beneficiada es la Ribera Norte del Bío Bío, donde pese a los esfuerzos desplegados, persisten grandes sectores subutilizados o con muy poco público. La estación que se proyecte en este sector debe resolver este problema, salvando la barrera de la ferrovía hasta que se soterre el tren, y asociando sus salidas y accesos a puntos de intercambio con buses, autos, peatones o ciclistas para activar el parque Bicentenario y ocupar los sitios eriazos o calles que son usadas como estacionamiento de camiones.

En resumen, el Metro será una pieza clave de la movilidad, pero también, de la identidad y cultura del Gran Concepción, y así debe verse para aprovechar todo el potencial que tiene como obra pública. En Bilbao, por ejemplo, el arquitecto Norman Foster influyó en la imagen de la ciudad al diseñar estaciones que salían a la superficie con unas campanas de vidrio y luz, y en Moscú, sus estaciones son famosas por sus murales o mobiliarios barrocos.

En Concepción puede pensarse algo parecido, con estaciones que sigan o se conecten con las galerías y se integren con los principales espacios públicos. Por esta razón, y porque la congestión será inmanejable en 10 años más, se necesita que todas las fuerzas vivas de la ciudad, y quienes sentimos afecto por ella sin ser residentes, apoyemos el Metro a Concepción y participemos en su diseño, que influirá en la identidad de la ciudad que vivirán nuestros hijos y nietos.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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