La Cámara de la Producción y del Comercio de Concepción, en su constante preocupación por el desarrollo de la Región del Biobío, se cuestiona periódicamente cómo potenciar el crecimiento de esta zona, de sus empresas y de sus habitantes.
En la última versión del Índice de Percepción Económica, IPER Bío Bío, realizado conjuntamente con EY y la Unab, se ratifica lo que hemos señalado desde la CPCC durante el último año, y que tiene relación con la moderación de los empresarios ante un escenario económico desfavorable, marcado por la incertidumbre provocado por las reformas tributaria y laboral, esta última aún en discusión.
Esta percepción tiene relación directa con una baja expectativa de crecimiento para el año 2016. Al respecto, el estudio revela que la mayoría de los ejecutivos de la Región espera que el crecimiento del país se ubique por debajo del 3 % este año.
En esta encuesta de percepción empresarial se ve claramente reflejada la situación actual del país y, sobre todo, de la Región del Biobío. Pese a que las expectativas para 2016 apuntan hacia un incipiente repunte económico, la implementación de las reformas aún genera preocupación en el empresariado. En este ámbito, los ejecutivos encuestados manifestaron que sus empresas han internalizado los potenciales efectos de estos cambios, lo que está provocando que sean más conservadoras en su planificación a mediano y largo plazo.
De esta manera, las expectativas de inversión de las empresas para 2016 son cautas, ya que un 33 % declaró que disminuirá y un 13 % señaló que no realizará nuevas inversiones. Sin embargo, crece de 15 a 20 % la cantidad de encuestados que manifiestan que sus empresas aumentarán las inversiones, respecto de lo revelado en junio de 2015.
En otro ámbito, la mayoría de las empresas manifiesta inquietud respecto de la incidencia del tipo de cambio $/USD en su estructura de costos, seguida por el valor de la energía que concentra un 35 % de participación. Esta última variable ha sido una constante en los últimos índices de percepción, lo que nos obliga a insistir en la diversificación de nuestra matriz energética y en un necesario y urgente apoyo a la materialización de proyectos que contribuyan a disminuir los costos de producción energéticos de la industria regional.
Otra variable que se repite como inquietud entre el empresariado de la zona tiene relación con la provisión de infraestructura adecuada para el desarrollo de la actividad económica local, con características productivas y exportadoras. En este sentido, se requiere mejorar la infraestructura vial y ferroviaria, como también la construcción de embalses para nuestra agricultura, elementos cruciales para optimizar las condiciones de la actividad económica y para impulsar la inversión.