Un estudio de la Multigremial de La Araucanía arrojó que este año aumentó la intensidad de la violencia en Bíobío, La Araucanía y Los Ríos. El incendio, atentado incendiario y/o atentado explosivo constituye un alto porcentaje de las denuncias en las tres regiones; el 72,7 % en el Bíobío; 56,4 % en La Araucanía y el 83 % en Los Ríos.
Esta lamentable realidad se hace evidente en la zona de Arauco, donde este año se registran más de 20 ataques. Hace sólo unos días, desconocidos dispararon a dos vehículos que trasladaban trabajadores de la empresa Kupal, e incendiaron un camión de transporte de combustible en la Ruta P70 en Tirúa, cerca de la localidad de Quidico.
Según el estudio mencionado, este año se denunciaron en las tres regiones 43 incendios de maquinaria forestal y vial, generando no sólo cuantiosas pérdidas para los contratistas, sino terror y grave afectación sicológica a muchos de sus trabajadores. Además, se quemaron instalaciones para su bienestar laboral (nueve contenedores en la Región del Biobío que implicaban comedores, salas de descanso, dormitorios, baños, salas de capacitación).
La preocupación de las autoridades regionales y policiales es valorable, pero no se advierten mayores resultados en las investigaciones y gestiones judiciales, y los trabajadores y todos los chilenos tienen derecho a trabajar en un clima de tranquilidad, seguridad y paz.
Es insostenible que se violen de esta manera los derechos constitucionales al trabajo, al desarrollo de actividades económicas y a la propiedad privada sin consecuencias para quienes incurren en estos actos.
Se requiere abordar el problema en forma seria, con voluntad y decisión, apoyando a las víctimas de estos hechos y generando condiciones que garanticen la seguridad en el desarrollo de las actividades productivas.
Estas situaciones de violencia afectan la salud física y mental de los trabajadores y sus familias, y dificultan seriamente el normal funcionamiento de una actividad productiva legítima, que genera empleo en una zona de rezago y que trae bienestar económico y social a la Región.
Estos ataques, que persiguen sacar a las empresas de la zona, afectan gravemente a todos los trabajadores forestales que necesitan el empleo del cual muchas familias y comunidades de la zona dependen.
Es necesario aunar voluntades y realizar todos los esfuerzos que se requieran para devolver la tranquilidad a la zona de Arauco. Urge tomar todas las medidas necesarias para poner término a esta situación, en favor de las empresas y sus trabajadores que merecen desarrollar su labor en paz.