Pongámonos al día con las palabras

/ 20 de Marzo de 2007

Algunos conceptos son más viejos que el hilo negro. Pero cuando se reciclan y se ponen de moda con nuevas palabras – aunque el significado sea el mismo- usted no puede dejar de usarlas. Le va a dar estatus y su empleabilidad será más atractiva, es decir multifuncional. Para ser poli o multifuncional hay que estar dispuesto a todo…estoy hablando de la empresa.

Hacer telemarketing, vender el producto de la empresa, sea cual sea su cargo, ojalá comenzar a tomar clases de chino mandarín. Usted debe tener visión de futuro a largo plazo. Si no es así, cómprese una brújula. ¿Se acuerda de la palabra asertividad? Hace años se giraba en torno a ser asertivo que no es, ni más ni menos que comunicar nuestras ideas en forma congruente, clara, directa y equilibrada. Es decir, ser asertivo es ser franco, no temer decir lo que se piensa. Después tocó el turno de la inteligencia emocional, gracias al best seller de Goleman. El que sólo poseía inteligencia abstracta y no era empático, no manejaba bien las relaciones interpersonales, no se integraba a un equipo, no utilizaba la discreción y no tenía llegada, era considerado en la oficina como el “llanero solitario”, aunque fuese un genio. Del “chino” Ríos y del “matador” Salas se dijo que tenían inteligencia kinestésica.

Hoy no hay cabida para esas raras especies que trabajaban solos en sus cubículos y no se comunican. Cuando está en una reunión social o de business, si quiere destacar cuál es su “plus” o su valor agregado, no diga que tiene excelentes vínculos o contactos. Diga que tiene un amplio espectro de redes. Hoy quien no posee una malla de redes potente que le permita hacer más y mejores negocios o producir performances con personajes de alta figuración, puede caer al vacío como un trapecista de circo sin esa red protectora utilísima para sobrevivir.

Tampoco se vanaglorie de sus conocimientos o de sus habilidades concretas. Está obsoleto. Ahora se habla de competencias, palabra que se sitúa a mitad de camino entre el conocimiento y las habilidades. Las competencias son atributos del capital humano, incorporan elementos individuales y sociales. Obviamente, las competencias, así como las habilidades, destrezas o conocimientos se pueden y deben potenciar. Estamos en un mundo en que hay que “aprender a aprender” y ese aprendizaje debe ser continuo. Todos podemos mejorar nuestras competencias si aprendemos a liderar, a atender clientes, lograr objetivos, identificar, adquirir y evaluar información y comunicarla a otros.

Ahora, si quiere adelantarse, porque se viene con todo, utilice la palabra “resiliencia”. Aunque es una propiedad física que está relacionada con la elasticidad, resiliencia significa la capacidad de reponerse de los embates, de las malas rachas. Supone ser estoico, humilde, paciente, perseverante y saber pararse con elasticidad, igual que un “muñeco porfiado”.

Si al llegar de vacaciones pensó que se iba a hundir en un pozo negro ante un nuevo año laboral, no se agote antes de tiempo. ¿Se le apareció marzo después de llegar de vacaciones más agotado de lo que se fue? ¿Su señora quiere redecorar la casa, porque la encontró recargada y ahora ansía una decoración minimalista y con un jardín bonsai? Pues practique la resiliencia. No conozco ningún “resiliente” en persona –la verdad no lo sé– pero desde ya, pediría que fuese mi gurú. No se ría. Los gurús son los que cambian el mundo y las palabras.

María Angélica Blanco

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