En sus 40 años de trayectoria, miles de profesionales han pasado por los diversos programas de magister y doctorado de variadas áreas del saber.
Hace 40 años, la Universidad de Concepción, como siempre señalando la ruta del quehacer nacional en el ámbito de la educación superior, asumió un nuevo desafío: instaurar su primer programa de postgrado. Se trataba del Doctorado en Química, que comenzó a impartirse en la tradicional casa de estudios penquista en 1975.
Y precisamente el primer egresado de esa promoción es quien hoy lidera la Vicerrectoría de la UdeC, el Dr. Bernabé Rivas. “En ese tiempo, yo había decidido que me dedicaría a la Academia, y eso significaba hacer un postgrado. Estaba partiendo un doctorado en esta área en que yo había realizado mi pregrado de Bioquímica, y, esto era una prolongación natural. Quienes ingresamos conocíamos el área y a los académicos que impartirían los cursos. Hablamos de una época en que no existía apoyo estatal como hoy, de Conicyt o Fondecyt. Pero sí había un componente internacional, porque ese programa nació con becas del DAAD, el Servicio Alemán de Intercambio Académico”, explica.
“En ese tiempo, la misión de la Escuela de Graduados -hoy, Dirección de Postgrados- era realizar esfuerzos para que sus académicos siguieran doctorados en Europa, para generar los cuadros académicos encargados de concretar los programas”, explica Rivas. Esta realidad se ha visto acrecentada con el tiempo, con una mayor cantidad de doctores impartiendo cátedras en las distintas facultades, y en los 28 programas de doctorados -26 de los cuales están acreditados- y 62 de magíster, con los que actualmente cuenta la UdeC.
Rivas destaca la alta exigencia a que se ven sometidos los doctorandos y estudiantes de Magíster por parte de sus cuerpos docentes, al ingresar a uno de estos programas. “Creo que quienes han estado a cargo de estos planes, siempre, desde el principio, han querido imprimir el sello de excelencia UdeC”, enfatiza.
Por su parte, la Directora de Postgrados de la UdeC, Dra. Ximena García, explica la forma en que se originan estos programas en la casa de estudios penquista. “En general, surgen desde las propias facultades. Los cuerpos académicos, debido a la madurez que han alcanzado en su formación, escogen áreas de su interés que les permitan progresar, avanzar y crecer. Así, aparecen estas alternativas que favorecen el desarrollo de investigación, aportando con formación avanzada de académicos”, detalla la docente.
Ante la contingencia de nuestro país, la UdeC se ha hecho cargo de las necesidades que plantea la actual realidad social. “El resurgimiento del Doctorado en Educación nos tiene muy satisfechos, porque por todos es sabida la importancia de formar recurso humano avanzado en esta área. Con este programa se completan 29 de doctorado, en nuestra Universidad”, enfatiza García.
“Doctores puede haber muchos, pero todo depende del trabajo que cada uno va a realizar después”, afirma Rivas, señalando que ésa es precisamente la impronta que se les entrega a los egresados de Postgrados de la UdeC, ya que hay destacados académicos que han preferido esta casa de estudios, incluso, por sobre universidades extranjeras. “Este reconocimiento se debe a un trabajo serio que se viene haciendo desde sus inicios”, explica la autoridad académica.
Otro elemento que Rivas destaca es, más allá de la cantidad de programas, la diversidad temática de ellos. “Por la naturaleza misma de nuestra universidad, tenemos programas en todas las áreas del saber, lo que se manifiesta en que este año, por primera vez, se gradúan de nuestras aulas más de cien (103) doctores. Y siempre, a nivel nacional, se nos reconoce con un importante números de becas otorgadas a nuestros doctorandos a través de Conicyt, por ejemplo”, destaca.
Además, son muchos los estudiantes extranjeros -especialmente, latinoamericanos- que se trasladan a la UdeC para realizar sus postgrados, llegando actualmente a un 30 % de estudiantes de afuera cursando estos programas. Esto se ve complementado con el desarrollo de la investigación científica colaborativa internacional, que se da en las modalidades de co-titulación y co-tutela.
“Nuestros planes de estudios están conformados por asignaturas, otras actividades (como seminarios y congresos) y, en el caso de los programas científicos, se debe desarrollar una tesis. Finalmente, el cuerpo académico debe tener experiencia profesional y productividad científica reconocidas”, recalca la Dra. García, en cuanto a las exigencias generales de los programas que agrupa su unidad académica.
Esto ha llevado a un progreso permanente en distintos sentidos. “Tanto en la cantidad de programas, en la matrícula, como en la calidad, obteniendo cada vez más acreditaciones, tanto en doctorados como en magísteres”, destaca García.