Roberto “Titae” Lindl, bajista de Los Tres: “Coliumo es un reciclaje de todos nuestros discos”

/ 21 de Octubre de 2010

En relajada conversación, el bajista de Los Tres y Ángel Parra Trío nos cuenta sobre el proceso de producción del nuevo álbum de la célebre agrupación, sus actuales motivaciones personales y musicales, y aprovecha, de paso, de revisar ciertos mitos y clichés referidos a su banda y a Concepción. A los 43 años, “Titae” se muestra de buen humor, tranquilo y sin apuros. “Estamos en los cuarenta y tantos: calientes, pero no tanto”, dice, previo a una gran carcajada.

TITAE-IMG_0041.jpgLo tuvimos que ir a buscar a su casa para esta entrevista, pues se había quedado dormido. Y nos recibe sin apuro, ni menos acusar falta. Es que Roberto Lindl Romero es así, relajado, bueno para la talla y nada de grave, incluso cuando nos cede uno de aquellos momentos en que evidentemente preferiría descansar, pues sabe que los próximos meses vendrán muy movidos: se viene la intensa agenda de promoción de Coliumo -el nuevo disco producido junto a Los Tres, su banda madre- la que, durante noviembre incluirá presentaciones en vivo en Concepción (12), Temuco (18) y Puerto Montt (19).
Tampoco descansa Ángel Parra Trío, banda en la que el talentoso contrabajista canaliza la mayor parte de su conocida melomanía y alma jazzera, y con la que también planea producir un nuevo disco, el doceavo tras el aplaudido Espérame, lanzado en 2009. “El disco Espérame quedó muy bueno. En realidad nuestras influencias vienen más que nada por las cosas que uno ha escuchado en la vida. Por eso hicimos todo el disco con Valentín Trujillo, porque es la música que escuchaba cuando chico en mi casa. Aún tengo esos discos, en que había como temas más bailables. Me gusta más esa música, y eso tratamos de lograr con el jazz”, señala, como dando una suerte de declaración de principios. No obstante, los gustos musicales del hijo de Werner Lindl -quien durante 45, años, fuera el primer contrabajista de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción- hoy también se abren, según él mismo cuenta, a una mayor gama de estilos, variabilidad que le ha permitido integrar proyectos más electrónicos como Latin Bitman o estar actualmente en planes de trabajar junto a “El Macha”, el popular vocalista de Chico Trujillo. “Vamos a hacer un grupo para presentarnos en vivo, pero que no tendrá ni disco ni nada; es sólo un proyecto para tocar covers”, anuncia.
Pero es Coliumo, disco cuyo nombre es una dedicatoria al pueblo costero afectado por el terremoto y tsunami del pasado 27 de febrero, lo que más acapara la atención de sus fans por estos días. Un álbum de 16 nuevas canciones (“al principio no me gustaba que fuera tan largo” -confiesa), de las cuales, en tres, el bajista aportó en composición: Desperté y soñé; Cielo oscuro, y Odio amarte así. En cuanto a su factura, Coliumo no escatimó en gastos ni esfuerzos, pues fue grabado en los estudios Dreamland de Woodstock, mezclado en Brooklyn y masterizado en Stearling Sound, una de las empresas más destacadas del rubro en Nueva York. La producción general, en tanto, estuvo a cargo de Joe Blaney (quien ya había trabajado con la banda para el disco Fome en, 1997) y, entre los invitados, contaron con importantes músicos de sesion como el baterista Jerry Marotta, en cuyo currículum figuran colaboraciones para artistas de la talla de Paul McCartney, Peter Gabriel y Tears for Fears
-¿Cómo ha sido el trainning de este nuevo disco? ¿Se siente algo distinto en cada lanzamiento? O es simplemente como una máquina, una rutina.
-Para mí, de todo el mecanismo de hacer un disco nuevo, lo que más me excita es componer los temas, cuando nacen, ir a la casa del Álvaro (Henríquez). Estuve yendo como dos o tres meses seguidos, lunes martes y miércoles en las tardes; él tenía nuevas ideas, temas nuevos, y lo dejamos tal como era, no cambiamos mucho. Esa es la etapa de toda esta producción que más me gusta. Después viene ensayar los temas nuevos, que también es excitante.
-¿Cómo fue el proceso de grabación, y cómo sientes que se viene este disco?
-La grabación fue entretenida. Menos mal que ahora nos repartimos más las tareas y el Álvaro se quedó mezclando, porque la mezcla de estos álbumes para mí es un tedio. No así la mezcla del trío (con Ángel Parra) o mis producciones, como la del Cinzano. Es que en este tipo de álbumes, el trabajo de mezcla es muy específico. Pero bueno, es súper necesario sacar un disco nuevo para la carrera de nosotros, y es un disco súper coherente, súper Los Tres. Es como la proyección de todo lo que hemos hecho, en realidad: tiene cueca, tiene foxtrot, tiene rock&roll, tiene rock más duro, tiene cosas más Electric Light Orchestra, como Cielo oscuro, de todo. Y es la música que nos gusta, la música que hacemos con Los Tres en realidad. Yo tengo otro frente en que hago música diferente, como el trío o como Latin Bitman, en que hago cosas más modernas, o de repente me junto con “El Macha” y hacemos boleros, cumbias. Pero, con Los Tres, básicamente hacemos música de Los Tres.
-Llama la atención que haya pasado tanto tiempo entre Hágalo usted mismo y este disco…
-Claro, es que no es como cuando hicimos el primer y el segundo disco, en que uno está empezando la carrera. Ahí es más importante sacar discos, marcar presencia y toda la cuestión. Pero en esta etapa de nuestra vida, es más difícil; uno tiende a repetirse, y la urgencia de decir cosas no es la misma que cuando empezaste. Además, se puede decir que nosotros estamos como más asentados en nuestra carrera, entonces, podemos tomarnos esos tiempos, ¿cachai? Y queremos hacerlo, porque cada disco también es un desgaste emocional, de trabajo y toda la cuestión (se queda pensando)… en realidad no es que nos propongamos una estrategia de carrera (…) La manera de componer de Los Tres nunca ha sido onda ‘me voy a levantar en la mañana y voy a hacer un tema’; de repente los temas salen de la nada y llegan, nomás. Y pasaron varias cosas entre el disco anterior y éste: el grupo se fue asentando, la entrada de Manuel Basualto también se fue asentando, cuando grabamos el disco anterior él recién había llegado. Ahora realmente está con más peso en la banda, y se nota, se nota en el disco mismo, el productor de allá nos decía que el baterista está tocando mucho mejor. Y hemos tocado harto en vivo, las giras, eso se nota.
-¿De qué forma está plasmado todo lo que ocurrió en Concepción y sus alrededores tras el terremoto en este nuevo álbum?
-Eso influyó en las letras. Temas como Coliumo, por ejemplo, Desperté y soñé… también en la primera, El hocicón. Como que atraviesa un sentimiento como litoraleño, pero no de Viña, sino de allá, de Cocholgue, de Dichato, de Coliumo, la Caleta Tumbes, que son lugares a los que siempre fuimos cuando éramos chicos. Siempre había un amigo o amistad por allá donde ir a almorzar, así que hay como un sentimiento ahí. Nosotros tocábamos al otro día (28 de febrero) en la playa de Penco. Entonces, nos salvamos por un día también.
-¿Cómo se logra renovar las pilas y vencer el hastío, cuando se llevan tantos años de carrera como Los Tres?
-No, es como natural fíjate. Tenemos claro que tenemos todo un legado con Los Tres, y nos hacemos cargo de eso también, de nuestro pasado. Y la gente sigue queriendo vernos, y hemos renovado nuestro público. Es bien impresionante, porque vamos a tocar y se ve puro público joven. Antes como que teníamos más aprensiones, hasta del sonido, del juego de luces en el escenario, pero ahora como que ya no. Nos encanta tocar en vivo, nos encanta tener trabajo y ya no es el desenfreno que eran antes las tocatas, ¿cachai? porque antes era como ir a carretear po’, como irse de fiesta, pero ahora no, es como ir a trabajar, lo tomamos en ese sentido, y nos gusta, nos gusta sonar fuerte, tocar para todo tipo de público, nos gusta salir de gira, a mí me encanta. Antes compartíamos pieza, pero ya no… (risas). Cada uno tiene su pieza y tiene su mundo, y hace lo que quiere, y después tenemos que juntarnos a tocar y nada. Tenemos un trabajo súper envidiable en ese sentido. Tenemos que hacerlo bien, y lo hacemos bien.
-¿Se acabó el carrete after hour después de cada tocata, la vida salvaje del rock & roll?
De hecho antes pasaba eso. Pero ahora más que nada es siempre llegar, tocar y después irse. A lo más llegar a la casa, y tomarse un trago y eso. Pero nos gusta el hecho de subirse a un escenario, tocar los clásicos, no nos aburre, fíjate. Seguimos tocando Amor violento. Y el público, obviamente que si hacemos un recital, va a querer escuchar Quién es la que viene allí y las otras. Es como que vas a ver Coldplay y no tocan Yellow, po`, no sé.
-Estuve leyendo en la web los comentarios que surgieron apenas subieron el single Shusha. A algunos les gustó, pero también hubo críticas, que lo calificaban como “más de lo mismo” ¿Qué respondes a eso?
-Para mí es un tema nuevo de Los Tres y es como un gran single, es un tema del Álvaro que lo mostró, y como que no sé, es un single clásico. Fue como el disco anterior, que compuso un primer tema y a partir de eso quedamos súper contentos. Sabíamos que iba a generar diferentes opiniones, pero, como dice Woody Allen, las opiniones son como los potos: todo el mundo tiene uno, jajaja. A nosotros nos gustó y, eso es lo que uno busca, en realidad.
-¿Qué les dirías a los fans que extrañan el sonido de los primeros tiempos, de canciones como Sudapará? ¿Habrá temas que recuerden a los primeros discos?
-Sí, Coliumo es como un reciclaje de todos nuestros discos, es como la culminación de toda nuestra carrera (…) nadie trata de demostrar nada, tratamos de ser musicales nomás, y tratamos de hacer puras cosas que tiren para arriba al tema, a la canción misma, la letra y todo eso. Entonces nadie está muy demostrativo de guitarras más virtuosas, lo mismo el bajo, o líneas raras. Es como que estamos… bien cuarentones, jajaja. Cuarenta y tantos: calientes, pero no tanto (risas).
-Ustedes han realizado una reconocida labor rescatando, mezclando y difundiendo música chilena ¿Qué sientes que queda por explorar?
-Hay dos cuecas y un foxtrot inéditos, que son de Roberto Parra. Fue idea del Álvaro, y fue buena idea, porque incluir cuecas y foxtrot en el unplugged fue de él también, y de ahí salió Quién es la que viene allí, que fue como un hit, terrible. Y bueno, la gente que escucha a Los Tres también le gusta la cueca, está bien tener un álbum más variado, que tenga de todo, como un compilado. Es como el show que tocamos en vivo, cachai, porque cuando tocamos en vivo no podemos no tocar cuecas, porque dentro de todo nos hemos convertido como en un grupo revival de la cueca, como el grupo que empezó con toda esta hueá de la cueca que ahora está tan de moda. Para el unplugged (año 95) nadie tocaba cueca, y a la gente le quedó gustando las cuecas de Roberto Parra, que es como nuestra influencia; no es Violeta, es Roberto, porque es más chucheta, de casa de puta, cachai. Violeta, claro, nos encanta, pero nosotros nos sentimos más apegados con Roberto. Es como seguir rindiendo tributo a nuestros ídolos, eso.
-¿No les dan ganas de tocar temas más lado B o no tan conocidos, del Fome, del Se remata el siglo, por ejemplo, para variar un poco y dar un gustito a los más fans?
-Sí… eso es como más rollo de los fans, ¿ah? Hay temas que me gustaría tocar en vivo, pero de repente habría que hacer tocatas especiales para eso. De repente se nos ocurría, ponte tú, tocar el Fome entero, o tocar La Sangre en el cuerpo, ya que ahora nos están diciendo que en realidad no tocamos ningún tema de ese disco en vivo, y unos periodistas nos preguntaban ¿por qué? Jajaja. No sé si fueron muy bien escogidos los singles, porque el No me falles es bueno, pero es un tema súper demandante para lo voz, es súper arriba, tonalmente (…) Es que nos olvidamos, tratamos de tocar los singles en realidad. Ahora estamos estudiando Silencio, por ejemplo, o De hacerse se va a hacer; Bolsa de mareo la tocamos, sí. El Fome es como el álbum que más nos gusta, en realidad.

¿Conce, capital del rock? Un miiito, po’

-¿Sabías que en Concepción un grupo de bandas locales les está haciendo un disco tributo?
-Ah sí, el Melo. Me pidió la autorización y toda la cosa.
-¿Qué te parece la idea?
-Bieeen. O sea, es que igual no estamos tan viejos todavía po, jajaja. Igual llevamos 20 años de carrera, pero queremos seguir haciendo discos todavía. Creo que hay grupos más viejos que se lo merecen. Pero es divertido, uno se proyecta ahí.
-¿Crees que Concepción sea realmente la capital del rock?
-No, da lo mismo. Podría ser Villa Alemana, también, jaja. Ahí también hay harto rock, salió La Floripondio.
-¿Es un mito, entonces?
-Es mito. Miiito po, jajaja. Salieron los grupos como Los Bunkers, nosotros, Emociones Clandestinas, Santos Dumont, ahora Los Cuatro Amigos del Doctor, que se están formando de nuevo. Igual hay harto movimiento. Pero de ahí a ponerle esos nombres… pero lo que sí, cuando llegamos nosotros para acá, el sonido y las influencias eran súper diferentes a las de Conce, porque las influencias de Santiago en ese entonces eran cosas más modernas, como Depeche Mode. En Concepción, se escuchaba más el blues y el rock&roll antiguo, cosas más fundacionales. Talking Heads, por ejemplo, no los pescaban tanto allá. El tipo de tocata de la gente que estaba en Santiago era diferente, gente como Viena, Upa, Aparato Raro, que eran más modernos. Nosotros éramos más rock&roll, harto Beatles, harto Rolling Stones. Entonces, quizás por ahí era diferente Concepción.
-En esta nueva etapa ¿Cómo han asumido Los Tres ciertas heridas de su pasado, de su historia? ¿Podrías volver a saludar a un tipo como Enrique Symns, por ejemplo? (N de la R: autor del libro: La última canción, polémica biografía autorizada que se centró más en la vida íntima y los escándalos de los integrantes de Los Tres que en su historia musical).
-… Lo saludaría, pero me da lo mismo, en todo caso. Ese libro lo encuentro tan malo que no vale ni la pena referirse. Estábamos demasiado perdidos, es como un reflejo del perdimiento en que estábamos en esa época el que hayamos accedido a que el mismo nos haya escrito una biografía, quiere decir que nosotros estábamos mal; hay que saber las fallas de uno, de repente (…) él llegó y nos encandiló a todos, jajaja. Hablaba bien y era como un referente en el rock sudamericano.
-¿No han pensado en lanzar un nuevo libro sobre la banda?
-Me gustaría más hacer un libro de fotos mías, porque tengo toda la carrera de Los Tres en fotos. He estado tratando de hacerlo hace como 10 años y nadie me pesca, ja, porque tengo cajas de fotos, demasiadas. Y eso sería entretenido, porque mucha teoría, mucho bla, bla, como que no. Las canciones hablan por sí solas, esa es la carrera de nosotros. Tú escuchas los discos y sabes más o menos de qué trata el grupo. Lo otro es meterse en la vida personal, y da lo mismo, somos iguales a todo el resto; tenemos nuestras falencias, nuestras cosas buenas, pero nuestra obra habla por nosotros mismos.
-Hay una pregunta que por honor a los fans debo hacer: ¿Hay alguna esperanza de que algún día se reincorpore Pancho Molina?
-Uuuy, no sé, jaja, porque él está totalmente en otro mundo, está viviendo fuera de Chile y nosotros estamos muy felices con la formación actual, nos reímos más, somos más cómplices. Tenemos nuestro desarrollo cada uno por su lado, cuando nos juntamos nos morimos de la risa y estamos súper relajados con la etapa que vivimos ahora. Es como un tema ya pasado, en realidad.

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