Sergio Giacaman: “El diálogo es el camino”

/ 24 de Abril de 2019

Con su arribo a la intendencia del Biobío dio un salto definitivo a la política. Entró a este mundo con el aval de su capacidad convocante, de su llegada a todos los sectores y su conexión con el mundo social. Sin embargo, esos pergaminos no le sirvieron para limpiar el aire enrarecido que se respiró en los días previos a su investidura, por las duras declaraciones que algunos compañeros de su partido, la Unión Demócrata Independiente, hicieron ante la salida de Jorge Ulloa como jefe de la Región. Ninguno de ellos asistió a la ceremonia de cambio de mando. Sí lo hicieron casi 500 personas,  entre ellos, muchos dirigentes sociales que alguna vez trabajaron con el nuevo intendente, quien durante la ceremonia se encargó de repetir una y otra vez que estaba ahí para hacer Región entre todos. Ese día, el fuego amigo que se cernía sobre la nueva autoridad era tema de pasillo. No obstante, en el Salón Mural, Giacaman parecía ajeno a esa amenaza, disfrutaba saludando desde el estrado y agradecía cada ovación que le prodigaban sus seguidores. Al menos ese día, el aplausómetro estuvo de su lado.

Por Pamela Rivero | Fotografías Gino Zavala.

 

Lo dicen muchos y también lo reconoce el mismo aludido: Sergio Giacaman García, UDI, (39, casado y padre de dos hijas) arribó a la intendencia del Biobío para tender puentes y para imponer un estilo dialogante en pro del desarrollo de la Región.

Desde el gobierno central esgrimieron que llegó para reemplazar a Jorge Ulloa porque se requería un nuevo sello, un nuevo aire y un nuevo estilo para los dos años que quedan de esta administración regional de Chile Vamos. Una que, por cierto, el conglomerado buscará prolongar tratando de instalar a alguien de sus filas como primer gobernador regional en la zona.

Para eso necesitan estar unidos y haber dejado un legado importante que sirva como aval en la campaña. Y esa pega, sostienen, le corresponde a Sergio Giacaman.

Pero además, el recién nombrado intendente tiene otro trabajo que algunos comentan será un tanto complicado: terminar con las desavenencias que se vienen arrastrando en su coalición entre aquellos que no se sintieron convocados por la anterior administración ni representados en la estructura del gobierno de la Región y, más recientemente, entre quienes hicieron encendidos reclamos por la salida de de Jorge Ulloa.

Incluso en la ceremonia de cambio de mando, realizada el 16 de abril pasado, en silencio muchos comentaban que la situación se veía complicada para el intendente entrante, pero que confiaban en su capacidad de diálogo y en esa “buena onda” que lo hace “caer parado” en todos los lugares donde ha desempeñado alguna función -que no son pocas-, porque de chico, recordaban, “le ha gustado estar en todas”.

De hecho, para asumir la jefatura regional no solo tuvo que renunciar al cargo de subgerente de Relación con la Comunidad de la sanitaria Essbio y a la presidencia del directorio de la Fundación Catim, sino que, también, a otras tareas de su día a día, como la presidencia de la directiva de su condominio y a su rol de coordinador de las pichangas de fútbol que todos los domingo juega con amigos de la vida.

De su nombramiento y de sus primeros desafíos conversamos con Sergio Giacaman en su segundo día como intendente, y un día antes también que viajase a Santiago a recibir las directrices para este “segundo aire” en Biobío.

Monedita de oro

Parte de la personalidad del actual intendente de Biobío, dicen sus cercanos, se forjó en su época de estudiante en el Colegio de los Sagrados Corazones, desde donde egresó con una marcada personalidad de líder. Pero un liderazgo distinto, recalcan, pues el suyo estaba avalado en el cariño que por él sentían sus amigos y compañeros. Tenía harta llegada a la gente y lo querían mucho; por eso, recuerdan, no le costó formar una lista que finalmente lo llevó a encabezar el CEAL ´96 de los SS.CC. que, dada su prolífica gestión, marcó un antes y un después en las formas de trabajo de los centros de alumnos en ese establecimiento. Y de paso, habría sido el momento en que Giacaman se dio cuenta que tenía pasta de líder y que convocar a gente en pro de una actividad se le hacía algo muy natural.

-Se dice que por su personalidad usted suele caer bien en todas partes, que es como la “monedita de oro” que tanto cuesta hallar en la política. Sin embargo, ese capital suyo no fue suficiente para aplacar las críticas de quienes no querían a Jorge Ulloa fuera de la intendencia. Esos comentarios indirectamente también estaban cuestionando su nombramiento. ¿Cómo le afectó esa situación? ¿Y cómo va a controlar este fuego amigo que podría continuar durante su gestión? 

“Quiero aclarar que yo sería monedita de cobre, en todo caso. Pero hablando en serio, la verdad es que le resto dramatismo a eso de las críticas. Yo hablé con Sergio (Bobadilla), con Iván (Norambuena) y con todos los parlamentarios de Chile Vamos del Biobío. Ellos me manifestaron que la disposición para trabajar juntos es la mejor.

Entiendo que más que un tema en contra mío, esas críticas fueron una manifestación de cariño y de respeto hacia Jorge (Ulloa), señalando lo importante que era para ellos que le fuera bien y que estaban preocupados por lo que iba a pasar con él. Creo que ese fue el punto. Por supuesto, también que cuando hay cambios de intendente se producen ciertas preocupaciones, pero he dado señales importantes de diálogo, les he transmitido que esto no es un cambio general, que yo no vine a sacar personas, sino que llegué a la intendencia a entender cómo podemos juntos hacer lo mejor posible por la Región. Y si eso significa realizar cambios, serán cambios conversados y entendidos por todos”.

-¿No habría sido mejor haber transparentado las razones de la renuncia del exintendente? Así se habrían evitado las especulaciones tanto por la salida de Jorge Ulloa como por su llegada a la intendencia.

“Creo que el ministro Chadwick ha sido bastante claro: esto es un cambio de estilo, y nadie cuestiona que Jorge hizo una buena labor”.

-Sí cuestionaron su labor, sobre todo desde un sector de RN, y también algunos parlamentarios y alcaldes de la oposición.

“Bueno, pero yo no lo cuestiono, y lo que sostuvo el ministro tampoco va en esa línea. El ministro Chadwick lo que dijo fue que se necesitaba un estilo distinto y que para eso buscaron a una persona distinta, que fomentase más el diálogo, que colaborara también en poner a las personas en el centro y en fomentar la unidad. Ese es el encargo que tengo, y eso es lo que voy a hacer. Valoro la gestión de Jorge Ulloa, lo conozco hace mucho tiempo, de hecho nos reíamos antes de la ceremonia de cambio de mando porque él me conoce desde bien chiquitito. Entonces no está en cuestionamiento su gestión ni de parte del ministro ni de parte mía. Lo que sí se pone en valor es que buscamos un nuevo estilo para gobernar la Región, y ese estilo voy a tratar de proyectarlo, donde el diálogo es el camino”.

Las personas en el centro

-Previo a su investidura como intendente, usted publicó mensajes en redes sociales donde manifestaba que su llegada a la intendencia sería uno de los días más felices de su vida. Y el año pasado, cuando el Presidente Piñera debía elegir sus primeros jefes regionales, usted, a través de Facebook manifestó estar dispuesto para ese desafío. ¿En serio este cargo era un anhelo tan esperado?

“La noche anterior al cambio de mando conversaba con mi señora sobre en qué otros momentos había estado tan nervioso y preocupado por lo que venía: y fue cuando salí del colegio y tuve que hablar representando a mis compañeros; luego cuando murió mi mamá y después cuando me casé. Le decía a ella que son nervios que vienen cuando te corresponde liderar algo, porque es distinto a cuando uno es papá. Esa es una sensación diferente, porque es como recibir un regalo, y el mejor regalo de la vida.

Pero ser intendente es algo absolutamente distinto. Yo lo analizo y digo que es una consecuencia de mi historia.

-¿En qué sentido?

A mí siempre me ha movido el servicio hacia otros, de poner a los otros en el centro, y eso lo hice en el Duoc, en el Hogar de Cristo, en Catim, en Essbio, en la seremi de Desarrollo Social, y en todas las cosas que he tratado de hacer, porque creo que en las personas hay un tesoro. Y si tenía la oportunidad de ser intendente, por supuesto que iba a aceptar. Conozco otras realidades, trabajé en una fundación y también en el mundo privado, donde hice varias cosas, pero estoy convencido que es desde el Estado donde uno puede hacer mayores transformaciones, siempre y cuando se haga un trabajo convocante”.

-Son muchas las expectativas que hay sobre su gestión. Los alcaldes dicen que tienen 100 proyectos que esperan por su firma; su coalición y la oposición quieren ser convocados a la brevedad para diseñar el trabajo de la Región y también tiene un plan de desarrollo regional al que el mismo Presidente de la República le puso plazos y metas. ¿A quién le va a cumplir primero?

“El hacer debe tener un sentido. Yo lo he repetido mucho cuando se habla de prioridades: desde el 6 de septiembre de 2018 tenemos una nueva Región del Biobío. Una zona que comenzó una nueva historia y donde hay tres provincias que tienen sus propias dinámicas y vocaciones. Con ellas hay que generar un diálogo sincero y transversal para hacer una suerte de acuerdo donde, como Región, relevemos temas importantes. Todo eso para que nunca más una de nuestras provincias sienta que se le está dejando de lado porque todo está centralizado en Concepción”.

-Cuando le avisaron de su nombramiento, ¿le señalaron  alguna urgencia?

-“Diálogo, que fomente el diálogo. Eso fue lo primero que me pidió el  ministro Chadwick. Mañana (jueves 17) viajo a Santiago a reunirme con él, con otros ministros y con un par de subsecretarios. Pero  el diálogo y poner a las personas en el centro serán, sin duda, el eje de mi gestión. Está demostrado que ese es el camino para hallar los puntos de encuentro que generan unidad”.

Un ejemplo de aquello, recalca Giacaman, es el Acuerdo Nacional por la Infancia, cuya primera mesa regional en Biobío se constituyó -con la presencia de la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown- justamente un día después de su llegada a la intendencia.

Para él, esa comisión por la infancia, que reunió a actores de distintos colores políticos y representantes de diferentes mundos para proponer medidas que permitieran proteger a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, es el mejor ejemplo de lo que él quiere para su propia gestión.

-¿Esta actividad fue un guiño para recalcar su cercanía con este tema (por su participación en Catim) o fue casualidad?

“Para mí es súper simbólico que esto haya ocurrido así. Soy cercano a Carol Bown, la conozco desde cuando trabajamos en el ministerio de Desarrollo Social. Cuando me avisaron que iba a asumir, ella me llamó y me dio esa posibilidad. Por supuesto yo le pedí que fuera lo más cercano a mi fecha de asunción para poder dar la señal también”.

-Le preguntaba por las directrices que le habían dado desde el Gobierno, porque cuando se hace un cambio durante un partido de fútbol es importante que el nuevo jugador entre a la cancha con instrucciones claras de su técnico. De no ser así, son inciertos los resultados que pueda tener ese movimiento.

“A mí me encanta el fútbol, juego a la pelota todos los domingo con amigos de la vida, y espero seguir haciéndolo. Y yo juego al medio, porque juego para el equipo. Me gusta colaborar en la contención cuando me necesiten ahí, pero también me gusta participar en la línea de acción. Esa actitud es la que también vengo a poner a disposición de la Región. Creo que por eso pensaron en mí para este cargo, porque en el Gobierno conocen mi trayectoria, saben que siempre he puesto acento en el diálogo, que es lo que se busca potenciar en la zona. Entonces, siguiendo la analogía con el fútbol, eligieron al jugador que respondía a lo que se requería en este momento del partido”.

“El mejor intendente que Biobío pueda tener”

-En el último año, la Región registró cifras azules que las autoridades no se cansaron de repetir: Biobío triplicó su crecimiento y bajó el desempleo a índices que hace rato no se veían. Pero poco se habló de aquello que debiera avergonzarnos, como que somos la tercera Región de Chile con más pobreza y la segunda con más campamentos, a lo que se añade un déficit habitacional de 26 mil viviendas. ¿Qué prioridad tendrán esos temas en su gestión?

“Lo que puedo asegurar es que voy a poner todo de mí para que las cifras buenas se mantengan. Pero también, que nuestro foco serán las personas y no otras cosas, porque cuando se hace eso es posible dialogar y construir unidad para hacernos cargo de los grandes temas en los que nuestra Región necesita avanzar con urgencia, como la pobreza, el acceso a servicios básicos, la erradicación de campamentos, la conectividad y el acceso a vivienda”.

-En el 2018 quebraron 124 empresas en Biobío. Varias de ellas vinculadas al comercio penquista, mientras que en otras hicieron drásticas reducciones de personal. ¿Por qué el crecimiento no llegó a ellos?

“Aquí hay varias cosas. Biobío es la segunda Región con menos innovación, por eso es que tenemos un desafío gigante en esta misma lógica del diálogo y de la conversación, de generar espacios de innovación donde le demos la oportunidad a nuestras industrias y empresas de poder convertirse en donde tengamos ventajas respecto de otros países y de otras regiones. Yo creo que ahí hay que hacer un esfuerzo con la academia, con el mundo empresarial y, por supuesto, con el gobierno”.

-¿Hay que cambiar el enfoque entonces?

“Hay que apalancar un crecimiento sustentable. Una de las cosas que hice cuando asumí fue escribirle al champion de la Cop 25, a Gonzalo Muñoz, fundador de la empresa TriCiclos, para invitarlo a que esta cumbre mundial sobre cambio climático, que traerá a Chile a jefes de Estado y ministros de 196 países para impulsar acciones y compromisos con el cuidado y la protección del planeta, tenga un espacio en la Región del Biobío. Yo creo que esa es la mirada. Nosotros tenemos que pensar en un desarrollo sustentable y no solo observar los indicadores, que aunque importantes, no lo son más que las personas y el medio ambiente. Algo haremos de la COP 25 en nuestra Región”.

-En el cambio de mando usted saludó en mapudungun a representantes del pueblo mapuche que estaban ahí como invitados suyos. ¿Qué señal  quiso dar con ese gesto?

“Para mí, Sergio Giacaman, las personas son lo más importante, y en nuestra Región hay un importante porcentaje de personas de pueblos originarios a quienes hay que escuchar. Yo mismo me preocupé de que se sintieran bien representados en la ceremonia de cambio de mando, y que estuvieran donde tenían que estar, en primera fila, al lado de las autoridades. En la misma lógica, los pueblos originarios tienen un espacio, y con ellos hay que sentarse a conversar, para entenderlos y apoyarlos”.

-El problema mapuche puede ser visto como un tema policial y, por lo tanto, las medidas que se toman van en ese sentido, o como un tema de   Estado y buscar acuerdos en torno a sus reivindicaciones. ¿Cuál de las dos visiones le acomoda más?

“Respecto a la causa mapuche, yo diría que hay temas que no tienen que ver con ella, pero que se tiñen con eso, que son acciones de terrorismo, y que tienen una agenda, pero esa no es la única agenda. Hoy lo principal de la causa mapuche es entender su cultura, observar las reivindicaciones y los temas que para ellos sean importantes, y así generar agenda con ellos. Ese es el espíritu que voy a tratar de impulsar. Como dice el periodista Pedro Cayuqueo, gente de distintos mundos puede convivir en el mismo mundo en la medida en que se fortalezca el diálogo”.

-Su perfil dialogante es un rasgo que comparte con el exintendente Rodrigo Díaz, quien según dicen en la DC es candidato seguro a gobernador regional. Desde ese partido opinaban que sería raro que usted dejase botada la intendencia a los pocos meses de haber asumido para ser candidato, y eso significaba un competidor menos. ¿Pueden quedarse tranquilos con ese análisis?

“Lo que decidí con la invitación que me hizo el ministro del Interior fue dar un salto hacia la política. Tengo un encargo y en eso me voy a concentrar, que es ser intendente de la Región del Biobío. Hoy no soy candidato a nada y tengo que poner mi foco en poder trabajar para que construyamos la mejor Región del Biobío posible. Si pueden estar tranquilos o no, yo creo que deben tener la tranquilidad de que tendrán un intendente que va a trabajar para que se fortalezca el diálogo y que desde ahí construyamos la Región”.

-¿Y si se lo pidiera su partido?

“Mi partido está alineado conmigo en términos de que tengo que ser y voy a ser el mejor intendente que la Región pueda tener. Entonces mi mandato, mi instrucción y mi anhelo es ponerme a disposición del Biobío siendo intendente. Esas son otras conversaciones que van a venir en otro momento, pero no es el foco de mi camino hoy día”.

-En el pasillo que conduce a su oficina están las fotos de los exintendentes del Biobío. En un tiempo más va a estar la suya, si tuviera que poner una lectura debajo de la imagen, ¿que le gustaría que dijera?

“Fortaleció la Región a través del diálogo”.

-Pero algo más en su estilo, algo no tan formal.

“Que le puso color”.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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