Sostenibilidad, futuro y esperanza

/ 19 de Enero de 2021
Patricia Palacios. Presidenta de Irade

LA SOSTENIBILIDAD. Un tema de futuro y de esperanza, pero también de urgencia y de la máxima importancia, porque en definitiva las empresas y negocios del siglo XXI serán sostenibles o no existirán.

Por esta razón para IRADE ha sido prioritario el despliegue de agenda de nuestro Círculo de Sostenibilidad donde las empresas comparten buenas prácticas, basadas en los principios del Desarrollo Sostenible de ONU.

Para el mundo privado el desafío es enorme. Vivimos una coyuntura en que “La Empresa” o “los empresarios” hemos sido cuestionados y juzgados por nuestra gestión ambiental, social, económica y humana, hecho que ciertos sectores políticos – desgraciadamente – han manipulado en contra del desarrollo productivo de nuestro país.

Nuestra tarea hoy es dar vuelta esa realidad. La incorporación en nuestros planes estratégicos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, nos brinda una oportunidad para alcanzar ese preciado equilibrio económico, humano, social y ambiental.

Persiguiendo esta difícil misión, hace unos días presentamos en el seminario “Sostenibilidad ¿En qué estamos? Radiografía a las empresas socias de Irade”, el primer pulso de sostenibilidad del Biobío, estudio realizado en alianza virtuosa con CLA Consulting. ¿Qué buscamos? “escuchar” las opiniones sobre cómo se entiende la sostenibilidad al interior de la empresa, cuál es aprendizaje que han tenido en este recorrido, qué relevancia le dan los directorios a estos temas y cómo podemos robustecer y proyectar a la sociedad, nuestro orgullo de ser empresa.

La sostenibilidad hoy debe estar en el ADN de las compañías. Ser sostenible implica ser eficientes, generando utilidades para los inversionistas, pero, al mismo tiempo, preocupandonos del bienestar humano, social y ambiental de los territorios en los que nos desenvolvemos.

Sobre esto último quisiera señalar con tristeza que en Biobío estamos en deuda con nuestro aporte a la lucha contra el cambio climático. En pleno siglo XXI aún estamos utilizando en nuestros procesos industriales, combustibles que en la mayoría de los países del mundo y en otras regiones de Chile están prohibidos, como el Fuel Oil 6 3% de Azufre, la leña y el carbón, causantes no solo de altas emisiones de CO2 a la atmósfera, sino también de emisiones de material particulado fino y azufre. Todos elementos muy dañinos para la salud de las personas.

Es sorprendente que solo recién a partir del año 2022 tendremos en vigencia la regulación específica asociada a las emisiones de material particulado y azufre y – lamentablemente -será aplicable solo en las comuna declaradas como “zona saturada”.

Nuestra invitación desde Irade es a trabajar proactivamente. Demos el ejemplo y vayamos por delante de la normativa. Hago un llamado a la comunidad empresarial a trabajar especialmente sobre este tema, generando alianzas colaborativas con universidades, comunidades, organismos empresariales y Gobierno.

Los indicadores en sostenibilidad son muchos, pero creemos que el indicador más relevante y al que todos debiéramos aspirar, es el que proviene de los propios territorios donde trabajamos y nos acogen como vecinos. Aspiremos a ser un “residente” confiable y transparente. Abramos nuestras puertas para ofrecer empleo, dinamismo económico para el territorio, protección al medio ambiente y oportunidades de desarrollo, lo que en definitiva generará un impacto positivo en la vida de las personas. Hagamos vivo – junto a nuestras comunidades – el rol social de la empresa.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial de Revista NOS.

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