Tabaquismo y cirugía, una peligrosa combinación

/ 23 de Junio de 2017

Fumar afecta a todo el organismo, aunque  los sistemas cardiovascular y respiratorio son los que más se ven comprometidos. La situación se agrava para los fumadores ante una intervención quirúrgica, en las que ven aumentado su nivel de riesgo, pudiendo presentar complicaciones tanto en el intra como en el post operatorio.

 

publi-tabaco-Lady-Smoking-blackwhiteEn mayo se conmemoró el Día Mundial sin Tabaco. La fecha busca crear conciencia respecto de los nocivos efectos que el fumar tiene para la salud. Su consumo, por ejemplo, potencia la formación de radicales libres que generan lesiones en los tejidos; aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, arteriosclerosis y problemas de las vías respiratorias, como bronquitis crónica y enfisema. También favorece infecciones, afecta las defensas, agrava el asma bronquial y, por supuesto, puede producir cáncer en distintos órganos.

Además, como si todos estos nefastos efectos no fueran suficientes, la composición de cada cigarrillo -que incluye alquitrán, nicotina y arsénico, entre otras sustancias- es también responsable de varias complicaciones en un paciente fumador que se somete a una intervención quirúrgica o, luego, en el periodo post operatorio. Así lo explica el anestesiólogo Germán Acuña. “El humo caliente que atraviesa las vías respiratorias ataca los cilios bronquiales -encargados de remover microbios y mucus desde los pulmones- haciendo que se solidifiquen. Eso les impide funcionar, provocando que se acumulen estos residuos en los pulmones. Además, por efecto de la nicotina, los fumadores suelen presentar hipertensión y daño arteriosclerótico, que obstaculiza la circulación sanguínea y la nutrición de los tejidos. De allí que quienes fuman son considerados pacientes de alto riesgo cardiovascular, es decir, son propensos a tener eventos cardiacos en el intra y post operatorio, los que pueden ir desde una arritmia hasta un infarto. Por eso, para nosotros como anestesistas, el hábito de fumar es grave, pues afecta todo el organismo, las defensas, los equilibrios internos, propiciando que el paciente no responda adecuadamente”, detalla el médico.

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Dr. Gino Caselli.

La misma opinión tiene el cirujano coloproctólogo Gino Caselli: “El tabaco, junto con la edad, la diabetes, la hipertensión y la dislipidemia, constituye uno de los cinco factores de riesgo a considerar a la hora de realizar una intervención quirúrgica”, señala, agregando que, además, el tabaco tiene relación con la generación de distintos tipos de cáncer, y no sólo con el de pulmones, bronquios, laringe o boca. “Estudios han demostrado que la incidencia de lesiones precursoras de distintos cánceres ha aumentado en pacientes que fuman”.

 

Complicaciones intra y post operatorias

El doctor Germán Acuña aclara que la tasa de complicaciones para fumadores durante la operación es menor, gracias al manejo in situ de los distintos especialistas. “Como anestesistas, a sabiendas de que el paciente fumador tiene afectado su sistema respiratorio, podemos optar por evitar la manipulación de la vía aérea, y usar anestesia local, raquídea, epidural, en vez de anestesia general, por ejemplo, pero, desgraciadamente, eso no aplica a todos los casos. Además, ya en pabellón, la cirugía puede complicarse y deberemos llegar, igual, a la anestesia general”.

Sin embargo, el gran riesgo para los fumadores sometidos a un intervención quirúrgica se presenta en el post operatorio. “Aclaremos que quien fuma puede verse afectado por temas netamente quirúrgicos,  como problemas de cicatrización, deficiencia en la unión de tejidos internos o de cierre externo de las heridas, causando cuadros peritoneales, y aumento del riesgo de complicaciones sépticas. Esto, porque fumar reduce la capacidad de transporte de oxígeno, generando una hipo oxigenación de los tejidos, lo que puede ocasionar este tipo de alteraciones. Y esto es a corto plazo, porque a largo plazo también pueden presentar hernias”, comenta el doctor Gino Caselli.

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Dr. Germán Acuña.

El tema de una mala cicatrización es especialmente preocupante en el área de la cirugía plástica, sobre todo, si se realiza en una zona visible del cuerpo. Esto porque, para quien se somete a una intervención de este tipo, una “cicatriz fea” o la presencia de queloides (crecimiento del tejido cicatrizal, que no desaparece con los años) no es parte del resultado esperado; al contrario, se busca una solución lo más estética posible. Es por ello que los cirujanos plásticos recomiendan dejar de fumar tres meses antes de someterse a una intervención, de modo de tener una mejor oxigenación de los tejidos.

“En general, a los pacientes de cirugía electiva le pedimos un mínimo de tres meses sin fumar. Con esto logramos que se recupere la reactividad del árbol respiratorio, que está atrofiada por la permanente agresión. Sin embargo, el daño cardiaco y vascular no se recupera, pues las arterias, venas o coronarias afectadas pasan de estar ‘vivas’ -contraerse, relajarse, adaptándose a la cantidad de sangre que llevan-, a convertirse en tubos que ya no responden, y luego comienzan a cerrarse”, explica el especialista Germán Acuña. Añade que quienes deseen dejar de fumar pueden asesorarse con especialistas broncopulmonares, quienes hoy cuentan con redes, que incluyen sicólogos, fármacos y distintas técnicas, que pueden apoyar al paciente para lograr esta meta.

A todas estas complicaciones post operatorias se suman las respiratorias. “Se presentan, sobre todo, en casos de cirugías mayores, abdominales o torácicas, donde el paciente pasa mucho tiempo acostado. Eso hace que se dificulte la movilidad respiratoria, pues los alveolos pulmonares, encargados de eliminar el mucus, colapsan, impidiendo el intercambio gaseoso. Eso, que se suma a que la persona es incapaz de respirar normalmente por el dolor, puede provocar atelectasia, factor de riesgo para desarrollar neumonia”, puntualiza Caselli, agregando que, para evitarla, se recomienda deambulación precoz y kinesioterapia respiratoria y motora, ojalá desde el día siguiente a la operación.

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