Tomás Mosciatti Olivieri: “No puedo perder la independencia, ni siquiera en la urna secreta”

/ 23 de Julio de 2010

Frente al micrófono o en pantalla es incisivo. Y no le importa nada de nada, tal como ahora, cuando analiza el vergonzoso episodio de los saqueos en Concepción. ¿Quién fue más irresponsable? pregunta ¿nosotros por decir lo que ocurría o el Gobierno por no reaccionar a tiempo? Asegura que no le interesa ni la política ni ser rostro en la TV abierta, y que en la empresa familiar, herencia de don Nibaldo Mosciatti Moena, “nadie tiene vocación de poder ni lo ejerce”. De esto y más hablamos con este abogado que se declara agnóstico y que no vota. Así, se defiende, puede ofrecer garantías de equidad a sus entrevistados.

mosciatti-IMG_0014“¡Hoy día El Mercurio miente (…) lo digo con todas sus letras, y es bueno que lo deje de hacer!”, reclamaba Tomás Mosciatti Olivieri desde los micrófonos de Radio Bio-Bio, el 4 de marzo pasado. Se le escuchaba airado. Y su enojo, por un párrafo publicado por el “decano de la prensa chilena” que atribuía a la emisora una errónea alerta de maremoto. En la víspera, tal advertencia había generado pánico en el Gran Concepción.
Así, fuerte y claro, el director de la radio, de pelo cano y de ojos verde claro, ponía en su lugar al diario que le imputó difundir medias verdades y omitir ¿deliberadamente? que la alarma de tsunami en esta oportunidad provino de Bomberos y de la Gobernación Marítima de Talcahuano.
Le molestó y se notó, porque según dice hoy, la independencia y la rigurosidad informativa son el centro de su vida profesional. Y más, porque a minutos de ocurrido el gran sismo del 27/F, en medio de la confusión existente en el país, ellos estuvieron en el aire. “Mientras nada funcionó: ni el Shoa, ni la Onemi, ni los servicios públicos, ni las comunicaciones, ni nada, nosotros sí estábamos informando”, recalca, e insiste en que está convencido que en Santiago no tienen idea de lo que ocurrió el día del terremoto-tsunami en el Gran Concepción. “La crítica es muy fácil cuando se hace desde un lugar donde no pasó nada”, enfatiza.
Frontal es este abogado de la U. de Chile (50), soltero, sin hijos, que optó por guardar su título universitario en un cajón y dedicarse a tiempo completo a la emisora que creó su padre, Nibaldo Mosciatti Moena, hace 44 años.
Hoy es el director de Bio-Bio Santiago y Valparaíso, y junto a su hermano Nibaldo está a cargo de los principales espacios informativos y de análisis en la radio. “Generalmente, quienes dirigen los medios no se exponen todos los días, se cuidan bastante. Yo hago exactamente lo contrario”, afirma.
Desde los micrófonos de la radioemisora en la capital -ubicada en calle Antonio Bellet, en Providencia- su voz se escucha muy temprano en la mañana. A las 6 AM ya está entregando las informaciones del primer Radiograma del día. Dos horas después abandona el locutorio, para enlazar con CNN y analizar -sin pelos en la lengua- la actualidad nacional, provocando encendidos posteos que lo alaban por su asertividad y claridad o que, simplemente, lo crucifican y aniquilan.
De su padre aprendió que el trabajo en los medios implica entregar a los auditores un servicio informativo confiable, riguroso y absolutamente independiente de grupos políticos, religiosos o económicos. Aún así, sorprende conocer que Mosciatti no está inscrito en los registros electorales, que nunca ha votado y que tampoco piensa hacerlo, porque, según asegura, no puede perder la independencia “ni siquiera dentro de la urna secreta”.
-¿De verdad cree que el voto, un acto secreto, resta objetividad?
-Sé que es una opción discutible, pero yo quiero tener distancia, quiero mirar a todos mis entrevistados a los ojos de igual manera. Quiero dar a todos las mismas garantías desde el principio hasta el final. No es una regla para los demás, insisto, es una opción absolutamente personal.
-Usted reafirma que ideológicamente es independiente y ajeno a cualquier tipo de presión o compromiso personal pero su labor informativa debe estar guiada por algunos principios básicos, ¿no?
-Los principios son tan simples, la democracia, las libertades básicas, el derecho a expresarse, pero de ahí a tener opciones económicas, políticas, no, no las tengo. Creo que uno tiene que guardar distancia.
-¿No es utópico pensar que se puede tener distancia de todo?
No, porque yo la tengo.
-Pero eso no es humano, porque la persona al menos está marcada por la formación familiar y por la educación que recibió…
-Tengo claras las distancias. Finalmente ¿quién tiene la razón? ¿Por quién te vas a jugar? por una derecha que habla de los derechos humanos en Cuba y no en Chile, o por una izquierda que habla de los derechos humanos en Chile y no en Cuba. No te dejan opción ¿Me pides que adscriba a alguna de esas dos posibilidades? No, no lo hago, me parece injusto.
-¿Cuál es el límite que tiene Radio Bio-Bio para el tratamiento de las informaciones sin afectar los contratos de publicidad?
-Ninguno.
-¿Y qué hacen cuando un avisador poderoso intenta presionar para suavizar una noticia o para que no entreguen una información que les afecta? Imagino que más de una vez esto habrá ocurrido, ¿o no?
-Alguna vez ocurrió y nosotros dimos la noticia igual. En Santiago, el departamento comercial de la radio está a 100 metros de los estudios. Yo no conozco ese departamento, ni siquiera sé de qué color están pintadas sus paredes.
-¿Esa postura ha generado “encontrones” con los demás integrantes de su familia que administran el avisaje en la radio?
-No, están todos claros. Los contenidos no son negociables en Bio-Bio.

Rostros de TV en “algodones”

En CNN, Tomás Mosciatti también tiene un programa, el que se emite a las 22 horas. Allí entrevista, con bastante éxito de sintonía, al personaje que ha hecho noticia durante el día. Pero ésta no es su primera experiencia en el medio. A fines de los 90, en el programa “Conversando con …” en Canal 9 Regional, ya hacía gala de ese estilo que hoy tanto le alaban, y de ese saber preguntar para obtener la repuesta que todos esperan escuchar. En esos años, cada lunes, a las 21.30 horas, el espacio se transmitía desde un estudio casi a oscuras y con una mesa y dos sillas como únicos elementos escenográficos.
A pesar de lo a gusto que se ve en la “caja mágica”, sorprendentemente a Mosciatti le incomoda la TV. De partida, se apura en aclarar que su presencia en CNN sólo obedece al convenio informativo de ese canal y Radio Bio-Bio. “Si no existiera este acuerdo, no estaría en televisión”, precisa, y argumenta que “no le interesa hacer una carrera” en ese medio, contrariando así las opiniones de quienes le endosan ganas de transformarse en una especie de sucesor “chilensis” de Larry King.
Se siente lejano -dice- de la realidad que viven los “rostros” de otros canales a quienes percibe “rodeados de algodones” para evitar cualquier traspié: “mucho telepronter, mucho cuidado, mucho staff para que no se vayan a equivocar. Yo le tengo terror a todo eso”.
-¿Y qué haría si alguno de los canales de la televisión abierta le ofrece un espacio de entrevistas? ¿Lo aceptaría?
-Mientras exista un convenio con CNN, no. Sin el acuerdo, sólo lo aceptaría si es bueno para Bio-Bio, porque no estoy pensando en hacer una carrera personal. Nosotros (la familia Mosciatti) tenemos vocación por los medios y definimos la radio como de servicio. Nos interesa otorgar uno de excelencia a nuestros auditores, pero no tenemos vocación de poder ni lo ejercemos.
-¿Me gustaría saber cómo hubiese reaccionado, como entrevistador, ante los exabruptos que el ex senador Fernando Flores protagonizó en dos canales de televisión?. (En la CNN insultando a un periodista y en Canal 9 Regional, terminando la entrevista porque no le gustó una pregunta)
-Yo hubiese tenido la misma actitud que tuvieron los periodistas que estaban ahí. Fue un acto de mala educación infinita la del ex senador. Algunos dicen que fue un caso excepcional, y otros que es una cuestión habitual.
-¿Lo es?
-No, en mi caso no, porque tengo normas muy estrictas. Por ejemplo, jamás entrego las preguntas antes de las entrevistas y tampoco doy temarios, como a veces se estila. Yo no tengo ese tipo de relaciones en que me pidan y me reclamen cosas. Lo que se ve es otra cosa, y es que algunas personas no me quieren dar entrevistas, son varios, porque no les gusta que les pregunten, prefieren dar entrevistas sólo a sus amigos.
-¿Puede dar algún nombre?
-José Miguel Insulza, por ejemplo, él no quiere que lo entreviste, y varios otros (…), aunque da lo mismo. Están ejerciendo su derecho.
-¿Por qué no ha entrevistado a Sebastián Piñera como Presidente de la República? ¿Acaso está en la lista de los que no quieren hablar con usted?
-No, yo no he querido entrevistarlo. Considero que es muy pronto para hacer una evaluación. Si lo entrevisto ahora va a ser por algo puntual, de coyuntura. Prefiero hacerlo cuando algunas cosas estén más decantadas.
-A propósito ¿sabía Ud. que se creó un grupo en Facebook: Tomas Mosciatti, Presidente de la República para el 2014?
-Sí, pero no lo he visto.
-¿No le seduce la idea de hacer una carrera política?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque yo trabajo en medios.
-Desde un cargo de representación popular podría contribuir a solucionar los problemas del país que usted critica a diario en los medios…
-Yo no uso a los medios como plataforma de nada. Nuestra función es ser una radio de servicio y por eso Bio- Bio no puede ser plataforma para una carrera política ni mía ni de nadie.
-Pero se han visto casos de comunicadores que emigran a la política…
Se han visto, pero en mi caso es incompatible. Yo soy independiente.

27/F ¿Quiénes fueron los irresponsables?

Nadie discute que los Mosciatti en la Bio-Bio fueron las voces del terremoto. Junto a sus equipos de prensa estuvieron en todos los rincones de las zonas devastadas, entregando noticias las 24 horas y a veces hasta desmintiendo la información oficial, cuando ésta era errónea. El sistema de “recados” a través de la radio para que las familias pudieran comunicarse con sus seres queridos funcionó día y noche en los días posteriores a la catástrofe en sus ocho señales independientes. La idea de crear una farmacia en el acceso de la Galería Olivieri fue otro de los aciertos, todo lo que, más tarde, les valió el reconocimiento de los penquistas. Hubo manifestaciones públicas en las calles, en las redes sociales y hasta gigantografías del Gobierno Regional en lugares estratégicos de Concepción, agradeciendo de manera pública ese apoyo.
Con el tiempo, también comenzaron las críticas respecto de la cobertura informativa de los medios en la catástrofe, sobre todo en foros o seminarios donde participaron “expertos” y representantes de instituciones que cautelan el buen actuar de la prensa escrita, la radio y la televisión.
La más recurrente fue el sensacionalismo que se le imputó a ciertos comunicadores y las acusaciones de potenciar conductas antisociales (saqueos) que recibieron algunos medios informativos.
-¿Se sintieron tocados con estas críticas?
-Entiendo que acusaron a la televisión de hacer eso. Personalmente, creo que la TV no potenció nada, por lo menos en la Región del Biobío, porque al no haber energía eléctrica nadie vio televisión. En el caso nuestro, sólo te puedo responder que estuvimos haciendo nuestro trabajo. Sé que hay alguna crítica, pero que normalmente proviene de gente que no es de la Región.
Yo estoy convencido que en Santiago no tienen idea de lo que ocurrió aquí. No la tienen, porque a la distancia era imposible dimensionar la magnitud de los daños, y mucho más complicado todavía comprender la angustia que acá se vivía. Tú puedes exhibir imágenes de un edificio destruido, pero qué difícil era mostrar, por ejemplo, los sentimientos de la gente que vivía en edificios altos, que ya no aguantaba vivir entre tantas réplicas. Eso sólo lo saben quienes conocen la ciudad. La crítica es muy fácil cuando se hace desde un lugar donde no hubo terremoto.
-Por eso se enojó tanto cuando El Mercurio le atribuyó a la radio la difusión de una falsa alarma de maremoto. ¿Cree que hubo mala intención?
-No, no lo creo, pero me molestó porque en Radio Bio-Bio se estaba haciendo un tremendo trabajo con el esfuerzo de mucha gente. Entonces era muy fácil decir cualquier cosa desde Santiago.
-Las críticas también provinieron de ex autoridades de Gobierno, como la ex ministra Pilar Armanet, quien acusó a los medios de comunicación de asumir una conducta irresponsable al “destrozar” a la autoridad (sobre todo a la presidenta y los ministros) en lugar de hacer una crítica razonable.
-La responsabilidad de la radio comenzó desde el momento en que pudimos seguir transmitiendo. Sería bueno que ella entendiera que mientras el Gobierno no funcionaba, mientras la Presidenta Bachelet se iba a la Onemi y sus ministros a La Moneda, Bio-Bio sí funcionaba. Nosotros, a propósito de la falsa alarma de maremoto en 2005 en Concepción, habíamos denunciando las condiciones en que funcionaba la Onemi en la Región del Biobío. También habíamos dado cobertura a los anuncios de un nuevo sistema de comunicaciones de este organismo, propuestas y promesas que no se cumplieron, por lo tanto no sé quiénes son los irresponsables. Incluso tuve la sensación que en el Gobierno trataron de bajar el tono de las informaciones que emitían los medios.
-¿A qué se refiere específicamente?
-El domingo 28 de febrero, en la tarde, el Ministerio del Interior invitó a directores de medios y a editores a una reunión informativa a La Moneda. Se entregó información, aunque a mi juicio en baja cantidad, posiblemente porque las autoridades no poseían más. A esa hora, la tardanza en la llegada de ayuda, las descoordinaciones y las críticas a la inseguridad en las calles ya eran temas importantes. Ya se escuchaba que en La Moneda responsabilizaban a los medios de alentar esa falta de seguridad.
-¿Y qué fue lo que les pidieron?
– Nos pidieron responsabilidad en la cobertura y tuve la sensación que lo que se pedía era bajar la intensidad de la información que se generaba en los lugares afectados, en especial la referida a la inseguridad pública ocasionada por los saqueos.
-¿Usted comprometió algo en esa reunión?
-No, sólo escuché y me retiré apenas terminó. No sé qué diálogo posterior hubo. Pero aquí hay hechos concretos y evidentes, como que el sábado 27, a las 3 de la tarde, el ex intendente Tohá le pidió a la Presidenta sacar tropas a la calle, se lo pidió un intendente socialista; lo mismo le pidió Rosende, y ella no quiso, entonces me pregunto: ¿quiénes fueron los irresponsables…?
-¿Cómo califica esta actitud de la ex Presidenta? ¿Cree que actuó de manera soberbia?
– Creo que sólo fue indecisión. No supo evaluar, tenía un círculo cercano, yo diría estrecho, que le aconsejó no enviar a los militares a las calles. Para ellos era contraproducente que la Presidenta terminara su gobierno con tropas en las calles. No entendieron que hubiese sido mucho mejor.

Mosciatti versus Gómez-Pablos

El objetivo era comentar el resultado de un informe del Consejo Nacional de Televisión que evaluó la cobertura posterremoto. Y para eso invitaron, entre otros, al periodista de TVN Amaro Gómez-Pablos y a Tomás Mosciatti. El mentado estudio, que analizó la percepción de la gente respecto de la información que entregaron los medios, fue hecho entre el 27 de febrero y el 5 de marzo, en varias ciudades del país, incluyendo Concepción. Dato que el director de Bio-Bio no dejó pasar por alto. Sin avisar agua va lanzó durante el encuentro: “Cómo comenzaron el mismo día del terremoto a hacer un trabajo en terreno, cómo entrevistaron a gente de Concepción sobre la percepción que tenían cuando nadie vio televisión, quiero que me expliquen esto…”.
La historia siguió y terminó en un encontrón entre Mosciatti y Amaro Gómez-Pablos que fue destacado en varios medios del país.
El asunto partió cuando el presentador de 24 horas alabó el trabajo del departamento de prensa del canal estatal, asegurando que fueron los primeros en llegar a la zona del desastre. Algo que no le gustó a Tomás Mosciatti porque con su comentario, Gómez-Pablos dejaba de lado a los medios locales y a las señales regionales, incluida la de TVN.
-Lo que no entiendo es por qué se le ocurrió decir en ese momento que la televisión chilena había tenido un origen a la soviética.
-Dije igual que como en todas las dictaduras, como la soviética. Porque la TV en Chile comenzó sin ley; luego sacaron una norma rapidita -antes del gobierno de Allende- para enmarcar el asunto y se repartieron el mercado entre 4 ó 5 canales. Éstos además tenían obligaciones que nunca cumplieron y establecieron un modelo de una transmisión única para todo el país, igual que en las dictaduras, como en la soviética. No me referí a los contenidos y manifesté que esto atentaba fuertemente contra el derecho de libre expresión.
También les dije que para reportear era necesario tener referencias históricas, las de la gente, y que eso no ocurría con los periodistas que llegaban a la zona por un par de días y después se iban. Les comenté que esa manera de trabajar se parecía al trabajo de un científico que mira al microspocio, ve a unas amebas, las describe y después se va.
Este comentario más la analogía del canal soviético molestaron al conductor del noticiero central, quien le contestó que “él no era de los periodistas que se envalentonaban denostando a otros”.
“Amaro Gómez- Pablos no entendió el tema, estábamos hablando de algo demasiado importante como para decir que esto es un envalentonamiento, considero que su comentario es una expresión más del centralismo. Justamente cuando alguien dice verdades o alguna parte de la verdad contestan con una patochada”.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

SÍGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES