La actividad física es el mejor “jarabe” para asegurar el bienestar y la buena salud de una persona, pero ello no implica que ésta se haga de manera descuidada. En esta sección compartiremos tres consejos fundamentales que colaborarán en este cometido, de manera que te asegures que el ejercicio ayudará a tu salud y no causará algún problema por una mala práctica.
Si no sabes si la intensidad de la actividad que realizas es la correcta, te recomendamos regularla mediante el Test del Habla. “Si podemos hablar mientras realizamos ejercicio, significa que estamos trabajando con aporte suficiente de oxígeno. En cambio, si la respiración está tan comprometida que no nos permite hablar bien, quiere decir que debemos bajar la intensidad”, señala el profesor de Educación Física Antonio Mardones.
Lo segundo es medir la frecuencia cardíaca con los dedos índice y corazón en la arteria carótida. “Lo normal es que una persona en reposo tenga entre 60 y 80 pulsaciones por minuto. En ejercicio, alguien mayor de 60 años debe mantenerse entre las 120 a 140 pulsaciones y nunca superar las 160 o 170”, asegura el profesional.
Finalmente, un punto que no se puede pasar por alto es la adecuada hidratación. “Todo ejercicio debe considerarla y para hacerlo se debe tener en cuenta que el cuerpo necesita medio litro de agua por cada hora de entrenamiento. Si en reposo tenemos que consumir un litro y medio de agua al día, ejercitándonos deberíamos beber como mínimo dos litros”, finaliza.